Las grandes empresas solo crean trabajo temporal en 2015

La creación de empleo se refleja también en los apuntes de las empresas privadas en los dos últimos años. Pero los datos de la central de balances que recopila y procesa el Banco de España reflejan que la contratación estable sigue haciéndose esperar, aún con los resultados empresariales en franca recuperación. Los datos más recientes, que incluyen la información suministrada por 811 grandes empresas con cerca de 890.000 trabajadores, revelan que todo el nuevo empleo generado en los nueve primeros meses de 2015 se formalizó con contratos temporales.

Hasta septiembre, el empleo temporal (unos 150.000 trabajadores en esas 811 empresas) había crecido un 13,2% respecto a los tres primeros trimestres de 2014. Por el contrario, el empleo fijo, aún con la economía creciendo ya al 3%, sigue en retroceso: el trabajo estable (740.000 empleados) se redujo en el periodo un 0,4%, un ritmo de caída menor que el reflejado en los datos hasta septiembre de 2014 (un 1,2% menos). En total, las plantillas de estas grandes compañías crecieron un 1,6%.

En la central de balances anual, que abarca más empresas (242.905 sociedades en 2014, un registro que rondará las 600.000 según se recopile más información) al incorporar datos de cuentas de registros mercantiles y aportaciones de más compañías, la tendencia es similar. En el conjunto de 2014, según el informe distribuido este martes por el Banco de España, “las plantillas medias registraron un aumento medio del 1,3%, lo que supone el primer incremento neto de empleo en esta base de datos desde 2008”. Un aumento que vuelve a deber casi todo al empleo temporal (un 5% más), aunque la incorporación de datos de las pymes lleva también a un ligerísimo repunte del contrato estable (0,3%).

“Al principio de la crisis se destruyó mucho empleo temporal, es normal que con la recuperación también se genere empleo de ese tipo”, ha explicado Pablo Hernández de Cos, director general de Economía y Estadística del Banco de España. Pero, a preguntas de la prensa, el nuevo economista jefe de la institución consideró también que la reforma laboral, uno de los cambios legales más influyentes de la legislatura que ahora acaba, “no ha contribuido mucho a afrontar el dualismo en el mercado laboral español”.

La remuneración por asalariado sube un 0,6%

Hernández de Cos, en su primera comparecencia ante la prensa, insistió en que atajar esa dualidad entre contratos fijos y temporales es “uno de los retos” pendientes para la economía española, y fue la primera que nombró entre las reformas a hacer, junto a las que mejoren la competitividad y permitan liberalizar más la economía, para aumentar la productividad. “No todas las reformas que deben hacerse se han hecho ya”, agregó.

El economista jefe del supervisor del sector financiero destacó en todo caso que la recuperación del empleo “se ha generalizado a todas las ramas de actividad en 2015”, y que la tendencia a la moderación salarial se prolonga. De hecho, la remuneración por empleado de grandes empresas que refleja la central de balances trimestral crece a menor ritmo este año (0,6% anual) que en 2014 (1,2%).

Hernández de Cos precisó que buena parte de ese efecto se produce precisamente porque se han incorporado a las plantillas trabajadores temporales con sueldos más bajos, aunque aquí sí apreció el impacto de los cambios legales introducidos por el Gobierno del PP, en un mensaje muy similar al de su predecesor, José Luis Malo de Molina: “La moderación salarial era necesaria para recuperar competitividad, al principio de la crisis los ajustes de la economía española se centraron de forma desmesurada en el empleo. Los análisis publicados por el Banco de España concluyen que la reforma laboral ha favorecido a esa moderación salarial”.

Los resultados empresariales crecen un 29%

La contención de los gastos de personal, que apenas crecen al 2% y por aumento del empleo, no de los salarios, es uno de los factores que llevó a Hernández de Cos a considerar que la recuperación que reflejan las cuentas empresariales es “razonablemente sólida”. Citó aquí también la mejora de los costes financieros -más por la rebaja de intereses que por el recorte de la deuda-, y del mercado español: el negocio nacional vuelve a contribuir más que las exportaciones al crecimiento de las ventas en las grandes compañías.

En síntesis, las grandes empresas españolas generan este año más valor añadido y beneficios, y el aumento de estos se debe en mucho mayor medida a la actividad ordinaria y no a la incidencia de ingresos atípicos. Hasta septiembre, las 811 grandes compañías que suministran información a la central de balances trimestral revelan que el resultado del ejercicio es un 29% mayor al del mismo periodo de un año atrás. En el caso de la central de balances anual, con datos de 242.905 sociedades, pymes incluidas, el aumento de beneficios computado en 2014 fue del 158%, aunque aquí Hernández de Cos advirtió que el nivel de comparación era “muy bajo”.

Las empresas tocaron fondo en 2012 cuando los resultados negativos de las sociedades llegaron a suponer, en promedio, un 5% del valor añadido que generaron ese año. En 2013, los beneficios, todavía muy escasos, apenas equivalían al 2% del valor añadido global, mientras que en 2014 escalaron al 10% (sobre todo, por el menor peso de los resultados atípicos negativos) y este año rozan ya el 14%, al mejor nivel de los años de la crisis, pero lejos todavía del 20% de 2007.