Volkswagen deberá devolver al Gobierno 50 millones en ayudas
El falseamiento de emisiones de dióxido de carbono supondrá la devolución de las ayudas del Plan PIVE y de las bonificaciones del impuesto de matriculación
El grupo Volkswagen tendrá que devolver hasta 50 millones de euros a España tras las nuevas trampas reveladas el martes por la noche, cuando reconoció que ha vendido 800.000 vehículos en todo el mundo con unas emisiones de dióxido de carbono superiores a las que figuraban en sus especificaciones técnicas. Unos 50.000 se han comercializado en España. Una parte se beneficiaron de las ayudas del plan PIVE y de la bonificación en el impuesto de matriculación.
El ministro de Industria, José Manuel Soria, comentó ayer en una entrevista a RNE esa previsión de 50 millones de euros. “El grupo se hace cargo de asumir todos los costes para los usuarios y para el Tesoro español”, dijo, tras reunirse el miércoles con el vicepresidente mundial de compras de la multinacional alemana, Francisco Javier García Sanz. Soria señaló que el nuevo dieselgate afectaría a 660.000 unidades en todo el mundo. Fuentes del grupo señalaron que la cifra continúa siendo de 800.000 vehículos implicados.
Soria cometió un desliz en septiembre cuando sostuvo que el falseamiento de las emisiones de óxidos de nitrógeno cometido por Volkswagen podría suponer la devolución de las ayudas del Plan PIVE otorgadas por el Gobierno a compradores de vehículos Volkswagen, Audi, Seat o Skoda que montaban los motores diésel trucados. En aquel momento, con la información conocida hasta entonces, el consorcio alemán no tenía que devolver esas ayudas, porque ningún comprador se había beneficiado del bajo nivel de óxidos de nitrógeno, ya que los subsidios se basan en el nivel de emisiones de dióxido de carbono. Y por entonces no constaba que esas se hubieran modificado.
Pero cuando en la noche del pasado martes Volkswagen reconoció que el nuevo engaño afecta también en algunos modelos a las emisiones de dióxido de carbono, las cosas cambiaron. El Gobierno español podría reclamar la devolución de las ayudas, si demuestra que hubo vehículos afectados vendidos en España que se acogieron en alguna de sus ediciones a las subvenciones de dicho plan. Solo los vehículos que certifiquen que emiten menos de 120 gramos de dióxido de carbono por kilómetro recorrido pudieron beneficiarse del PIVE.
Además, algunos de esos vehículos podrían haber recibido también ayudas en el impuesto de matriculación, cuya regularización podrían reclamar ahora las autoridades españolas.
La Agencia Tributaria fija una tabla para definir la cuantía de ese impuesto en función de su contaminación. Los vehículos que emiten menos de 120 gramos por kilómetro están exentos de pagar el tributo. Si no se superan los 160 gramos, se establece un primer tipo del 4,75% del precio del vehículo. Entre 160 y 200 gramos, ese porcentaje sube hasta el 9,75% y, por encima de esas cantidades, el impuesto crece hasta el 14,75%, siendo superior en algunas comunidades autónomas.
El falseamiento de datos también influiría sobre otro aspecto, más vinculado con la publicidad engañosa, aunque también se tiene en cuenta para otorgar ayudas del PIVE. El Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) establece un sistema de etiquetado basado en la eficiencia energética de cada vehículo, teniendo en cuenta su consumo de combustible y las emisiones de dióxido de carbono y comparándolo con la media del resto del parque de vehículos español. El objetivo es que ese etiquetado, como sucede en otros aparatos eléctricos de gran consumo, influya en los hábitos de compra.
El modelo se basa en siete etiquetas: la A es la más eficiente y la G la que menos. Entre la A y la C se sitúan los vehículos que consumen menos que la media del parque global. La D es para la contaminación promedio. Y el resto de letras, por encima de la media. El consorcio asegura que solo los motores 1.4 de gasolina están afectados por el falseamiento de datos. De la marca Volkswagen estarían en el grupo los modelos Polo, Golf y Passat. Todos ellos, antes de conocerse este nuevo trucaje, se situaban con etiquetas A, B y C. El Seat León y el Ibiza tenían etiquetas A y C y el Skoda Octavia, una etiqueta A.
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