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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Es hora de abordar el problema de la deuda incobrable en la zona euro

El crédito sigue siendo anémico, debido a los préstamos que siguen en morosidad

El programa de expansión cuantitativa del Banco Central Europeo (BCE) —uno de los factores que impulsa la recuperación cíclica de la zona del euro— no puede alcanzar su pleno potencial si los bancos no conceden más préstamos mientras que la apelación al crédito continúa aumentando. Pero el crédito no puede recuperarse si no se hace frente a la abrumadora cantidad de deuda incobrable en el sistema bancario.

La expansión cuantitativa ya se ha anotado varios éxitos importantes aun cuando la desaceleración reciente del crecimiento de la China ha debilitado unos efectos. Los tipos de interés han bajado, el euro se ha debilitado y las bolsas han despegado. Y sobre todo, el prolongado descenso de las expectativas inflacionarias está en retroceso.

No obstante, el crédito sigue siendo anémico, debido a los préstamos en mora en el pago. En el año pasado el BCE reveló que para la zona del euro como un todo, la deuda incobrable se amplió a casi un billón de euros, o más del 9% del producto interior bruto (PIB) al final de 2014, es decir, más del doble del nivel registrado en 2009. Los préstamos en mora son particularmente elevados en países como Chipre, Grecia, Italia y Portugal.

Se debe proceder a la reestructuración de la deuda viable o a la cancelación contable de los préstamos en mora en los casos en que ya sea imposible su recuperación. Sin embargo, las tasas de cancelaciones por los bancos siguen estando muy por debajo de las de los bancos estadounidenses, pese a que el saldo de préstamos en mora es mucho mayor. Un cálculo aproximado indica que una resolución oportuna podría destrabar hasta 42.000 millones de euros de capital de los bancos, lo cual a su vez podría liberar recursos para nuevos préstamos por un monto superior al 5% del PIB. Así pues países con altos niveles de préstamos en mora necesitan urgentemente de una estrategia integral que permita agilizar la resolución de la deuda incobrable.

En primer lugar, el BCE y las autoridades nacionales deberían hacer más estricta la supervisión bancaria. Tanto los acreedores como los deudores son propensos a caer en una inercia nociva, aplazando una resolución mientras permanecen a la espera de una recuperación fuerte. Estos deben cumplir metas de reestructuración de préstamos dentro de períodos razonables y se les deben exigir que reserven más capital para los préstamos en mora que permanecen en libros demasiado tiempo.

En segundo lugar, se precisan reformas estructurales para facilitar los procesos de quiebra y cobro de deudas. En la actualidad, los marcos jurídicos varían enormemente de un país a otro. Por ejemplo, el tiempo medio de una ejecución hipotecaria en Italia es casi cinco años, mientras que en Alemania y España es de menos de un año. Se deben acortar los procedimientos judiciales dilatados e incentivar los acuerdos extrajudiciales como alternativa.

En tercer lugar, Europa necesita mercados más dinámicos para los activos problemáticos. Como se observó en Asia tras la crisis financiera de 1997, eso mercados pueden ayudar a los bancos a colaborar con inversores especialistas que cuenten con recursos financieros y experiencia en la resolución de activos desvalorizados. En ciertos casos, una sociedad de gestión de activos con respaldo público (a veces denominada “banco malo”) puede desempeñar un papel fundamental, como lo ha demostrado Sareb en España.

Estas medidas son los componentes de un difícil pero necesario programa de reforma para lograr que el crédito vuelva a fluir. La solución del problema de los préstamos en mora encuadrada dentro de una estrategia integral que incluya reformas estructurales y apoyo fiscal, potenciaría el programa de expansión monetaria y ayudaría a lograr una recuperación más sólida y duradera.

Mahmood Pradhan y Kenneth Kang son subdirector y director adjunto del Departamento de Europa del FMI, respectivamente, y encabezan el equipo que se encarga de analizar la política económica de la zona euro.

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