El fundador de Amazon niega abusos laborales en su empresa

Las prácticas laborales del gigante del comercio electrónico Amazon vuelven a estar en el punto de mira. Esta vez quien ha cuestionado los excesos a los que somete la compañía a sus empleados ha sido el diario The New York Times. Un amplio reportaje publicado por este medio el pasado fin de semana, para el que entrevistó a cerca de 100 empleados y exempleados, refleja el duro trato al que se somete a la plantilla. El fundador de la empresa, Jeff bezos, reaccionó este lunes con virulencia a esa información, y señaló que no reconoce a Amazon como la compañía que presenta el rotativo.

“Creo firmemente que cualquier persona que trabaje en una compañía como la descrita [por el periódico] debería estar loco”, asegura el ejecutivo en una carta interna enviada a los empleados tras el revuelo suscitado por el artículo. “Yo la abandonaría”, dice Bezos. Invita al conjunto de los “amazonianos” a denunciar cualquier abuso laboral similar a los que describen en el artículo e incluso ofrece su correo electrónico para recibir las quejas.

Bezos está convencido de que las prácticas descritas por el diario son “anecdóticas”. The New York Times describe casos de empleados que lloran habitualmente en su puesto de trabajo ante el estrés continuo, historias sobre otros que fueron obligados a trabajar en medio de graves tragedias familiares o problemas de salud, y señala que habitualmente no se respetan las libranzas.

Jeff Bezos se defiende diciendo que no cree que una compañía que siguiera la estrategia expuesta por el reportaje polémico pudiera sobrevivir en un mercado tan competitivo desde el punto de vista laboral como en el tecnológico.

La intensidad a la que somete Amazon a sus empleados no es nueva en el universo tecnológico, ni tampoco es exclusiva de Silicon Valley. Microsoft, Oracle, Apple y Netflix son conocidas por exigir mucho a sus plantillas en su búsqueda de inventar el futuro y ser rentables al mismo tiempo. Los grandes bancos de Wall Street, como Goldman Sachs, también se desprenden al final de cada año de los empleados que no cumplen los objetivos, para después reclutar nuevo talento.