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El acero subsidiado chino pone en jaque a la industria mexicana

México es el segundo mayor productor de Latinoamérica pero cada vez importa más de China. La industria anuncia 8.000 despidos

David Marcial Pérez
Factoría de acero en la localidad china de Qingdao
Factoría de acero en la localidad china de QingdaoAFP

No es muy habitual ver juntos detrás de la misma pancarta en una manifestación a trabajadores y empresarios, sindicalistas y miembros de la patronal. El pasado uno de julio, en las calles de Monclova no faltó ni el alcalde. Más de 25.000 personas marcharon en este municipio del estado norteño de Coahuila donde se encuentran los altos hornos de fundición de acero más grandes del país. Desde el corazón de la siderurgia mexicana, la particular marcha transversal protestaba contra la competencia china, que ellos consideran desleal, y que con su exuberancia productiva ha inundado de acero barato el mercado echando por tierra los precios. La industria mexicana ha perdido más 8.000 empleos en los últimos meses y pide al Gobierno que los proteja.

Pese al frenazo en su crecimiento, China ha seguido produciendo y exportando acero a niveles récord. El gigante asiático aporta la mitad de la producción mundial y ante una menor demanda interna la estrategia es volcarse en los mercados internacionales. América Latina es uno de los destinos preferidos, el segundo del mundo. Las exportaciones chinas alcanzaron los 39,5 millones de toneladas hasta mayo de 2015, un 30% más que el mismo periodo del año anterior, según datos de la Asociación Latinoamericana del acero (Alacero).

“Las empresas que más están sufriendo son las que producen metal no especializado, que es el que llega de China en forma de commodity. Están viendo afectados sus planes de inversión, su rentabilidad y el empleo”, señala el analista de Monex, Fernando Bolaño. México es el segundo productor de la región de detrás de Brasil, y sin embargo es también uno de los pases latinoamericanos donde más aumentaron las importaciones chinas (66%).

ArcelorMittal, la mayor siderúrgica del mundo, anunció en abril el cierre temporal de su planta más grande en México, después del desplome del 70% de sus ventas. El dedo de la multinacional apunta también a la caída de precios por las masivas importaciones chinas, y ha anunciado el despido de más de 2.800 trabajadores.

El sector automotriz, uno de los puntales económicos del país, ve peligrar su modelo si el Gobierno encarece el precio del acero chino

“Si no se adoptan acciones que detengan la crisis, vamos a comenzar a importar planchón barato. Eso significará que cerraremos minas y hornos, cortaremos 4.000 trabajadores directos más y pasaremos de ser productores a transformadores”, alertó Alonso Ancira, el presidente de Altos Hornos de México (Ahmsa) durante una rueda prensa en la que anunció un recorte del 4.500 empleos –el 23% de la plantilla– y la suspensión de inversiones de 246 millones de dólares.

La industria mexicana pide al Gobierno que imponga aranceles especiales a empresas asiáticas –como lo hace EE UU o la Unión Europea– que exportan el metal en condiciones con las que les es imposible competir. La caída del precio del acero por la apabullante oferta china subvencionada lleva tiempo siendo un foco de preocupación dentro de la OCDE. “Su acero es producido por empresas que operan en una economía de no mercado. Al ser subsidiadas les permite operar en condiciones que serían económicamente insustentables para cualquier empresa privada. La importación indiscriminada de estos productos con precios en condiciones de dumping está poniendo en riesgo la existencia de las empresas y miles de empleos de América Latina”, reza un reciente informe de Alacero.

El sector mexicano demanda que el acero chino se encuentre al llegar al país con una barrera de entrada del 25%. El Gobierno se ha mostrado receptivo y, de momento, ya ha impuesto cuotas compensatorias a los flujos de metal chinos, alemanes y franceses a raíz de una denuncia de Ahmsa por prácticas desleales. La Secretaría de Economía ha anunciado nuevas medidas para antes de que termine el mes de julio.

Pero no toda la industria mexicana tiene la misma voz. El sector automotriz, uno de los puntales económicos del país que recientemente ha desbancado a Brasil como el primer productor de coches de Latinoamérica, ve peligrar su modelo si el Gobierno encarece el precio del acero chino. “Vemos con preocupación las presiones de las acereras. Cualquier medida que se tome no debe afectar a la cadena de valor. No podemos cambiar las reglas del juego y perjudicar a nuestra competitividad”, dijo esta semana el presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), Eduardo Solís Sánchez.

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Sobre la firma

David Marcial Pérez
Reportero en la oficina de Ciudad de México. Está especializado en temas políticos, económicos y culturales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en El País. Antes trabajó en Cinco Días y Cadena Ser. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y máster en periodismo de El País y en Literatura Comparada por la UNED.

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