Corrección temporal en renta variable
Estamos en el tramo final de la cuestión griega o, por lo menos, de este capítulo, ya que va para largo
En las últimas semanas hemos presenciado, sobre todo en las Bolsas de la zona euro, unas importantes bajadas. Estos mercados, que habían alcanzado revalorizaciones superiores al 20%, en la actualidad están en el entorno del 10%. Las Bolsas de Estados Unidos, que llegaron a avanzar cerca de un 10%, están prácticamente planas, y las asiáticas, aunque presentan fuertes alzas, también han experimentado correcciones.
Las razones del recorte, como siempre, no son únicas. En primer lugar, estamos en el tramo final de la cuestión griega o, por lo menos, de este capítulo, ya que va para largo. Tras muchos meses de negociación, Grecia se encuentra al borde de incumplir sus obligaciones: ha aplazado los 1.600 millones de euros que vencen escalonadamente este mes hasta finales del mismo y, a menos que la troika libere nuevos fondos, no podrá hacer frente al pago.
Otro foco de incertidumbre surge de la eventual subida de tipos por parte de la Reserva Federal y sus posibles consecuencias sobre la economía real y el mercado financiero. En Estados Unidos, los datos adelantados y, sobre todo, la evolución del desempleo, con la creación de más de 250.000 puestos de trabajo mensuales, nos llevan a considerar que en septiembre empezarán las alzas.
También está influyendo el fortísimo aumento de las rentabilidades de los bonos. En el caso de los alemanes a 10 años, ha pasado en un mes del 0,05% al 1,02%; en el caso español, del 1,10% al 2,36%.
Es cierto que la salida de Grecia provocaría caídas tanto en renta fija como en renta variable, pero, dado el peso de su economía en el mundo, probablemente serían temporales. Lo peor de esta cuestión es el precedente, más que el hecho de la salida.
Desde un punto de vista histórico, el mercado de renta variable ha reaccionado negativamente a corto plazo a las subidas de tipos de la Reserva Federal, pero con posterioridad lo ha superado. Evidentemente, estas alzas se producen por una mejora de la economía, con la finalidad de evitar que se dispare la inflación.
El tensionamiento de las rentabilidades de los bonos se ha producido porque han desaparecido los temores a la deflación como consecuencia de la mayor actividad económica. Los resultados empresariales siguen teniendo un buen comportamiento en Estados Unidos, a pesar del decrecimiento económico del primer trimestre y de la fortaleza del dólar: si se excluye el sector de la energía, los beneficios han subido cerca del 10%. Igualmente, en la zona euro se está haciendo notar la mayor competitividad de la economía por la reducción de costes y la depreciación del euro, y esperamos una revisión al alza de las previsiones de beneficios.
Otros factores que apoyan a la Bolsa son las rentabilidades por dividendos, que son muy atractivas a pesar de la subida de las de los bonos, y el hecho de que se está produciendo un gran número de operaciones corporativas, lo cual también da solidez a los mercados.
En definitiva, se puede pensar que lo que está ocurriendo es una corrección después de una subida muy lineal desde enero y que, aunque las valoraciones de las Bolsas están en media histórica, hay motivos para esperar nuevos avances, sobre todo en la zona euro, cuando, para bien o para mal, se solucione la cuestión griega y se miren los fundamentales.
Miguel Ángel García Muñoz es director de Estrategia de Mercado de Banca March.
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