Portugal anticipa el debate de un euríbor por debajo del 0%
El Gobierno exige a la banca que cumpla los contratos
“Los contratos están para cumplirlos”. La ministra portuguesa de Finanzas, Maria Luís Albuquerque, abría así, a finales de marzo, la caja de los truenos en el sistema bancario portugués. Porque a lo que se refería es a la posibilidad de que, con el euríbor en tasas negativas, los bancos tuviesen que devolver dinero a clientes a los que habían dado un préstamo hipotecario.
Pocos días después, el Banco de Portugal insistía: “Las instituciones de crédito deben cumplir las condiciones establecidas para la determinación de la tasa de interés en los créditos que firmaron con sus clientes”.
En Portugal esa tasa de interés está más cerca de ser negativa. Como en España, el interés de la hipoteca se determina con el euríbor, al que se le añade un diferencial o spread. Pero en los préstamos portugueses, la referencia habitual es el euríbor a seis meses (en España, es a un año), que ya bordea el territorio negativo (está en el 0,06%). En los créditos que se otorgan ahora, los diferenciales son altos, con lo que es muy improbable ver tasas negativas: el abanico general va del mínimo de Caixa Geral de Depósitos (1,75%), al 4% del BBVA. Pero en los concedidos entre 2006 y 2008, cuando varias entidades se enfrascaron en una “guerra de hipotecas” que les llevó a bajar el diferencial del 0,3%, la posibilidad de una tasa negativa está ahí. Según el Instituto de Estadística, ya son ocho meses de descensos consecutivos del interés hipotecario. En marzo, la media fue del 1,314%, la más baja desde que hay datos históricos (2009).
A la patronal de la banca, APB, no le han gustado las declaraciones de la ministra y del gobernador, pues le parece un contrasentido tener asociado un crédito a una tasa de interés negativo, “eso significaría que el banco paga a su cliente por el préstamo que le concedió”. Sin llegar a ese extremo, la Asociación de Defensa del Consumidor DECO señala que la caída del euríbor “debe influir en la variación del crédito hipotecario, absorbiendo parte del spread hasta el límite de su valor”.
“Aun teniendo finalidades diferentes”, replicó la APB, “entendemos que no tiene sentido que la evolución negativa del euríbor pueda afectar a la tasa de interés del préstamo hasta el punto de que sea inferior al spread, o sea a la remuneración que hay que pagar por el riesgo que asume el banco al prestar dinero”. O sea, que la patronal bancaria aboga por no darse por enterado de que el euríbor baja del 0% y mantendría así como límite inferior del interés a pagar en una hipoteca el diferencial o spread aplicado.
El problema es que ese límite no se recoge así en muchos contratos, sino que sería una interpretación de las entidades que ni el Gobierno ni el banco central respaldan. El conflicto está servido.
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