“La paz añadirá dos puntos al PIB”
La ministra de Comercio, Industria y Turismo de Colombia confía en un crecimiento de la inversión
Oriunda de Ciénaga (Magdalena) pero de "Barranquilla por adopción", como ella misma se define, la ingeniera industrial Cecilia Álvarez-Correa fue desde septiembre de 2012 y hasta hace cinco meses ministra de Transporte del Gobierno del presidente Juan Manuel Santos. Hoy, ya asentada en su actual cargo al frente de Comercio, Industria y Turismo, sabe que su cartera tendrá un papel clave en el desarrollo de una Colombia que está a punto de dejar atrás casi medio siglo de conflicto interno. Álvarez-Correa pasó esta semana por Madrid para estar presente en Fitur, pero la oportunidad también le vino bien como antesala a la conferencia al más alto nivel sobre el proceso de paz que el mandatario colombiano celebrará en el Teatro Real de Madrid el próximo 2 de marzo.
"El año que está a punto de comenzar será decisivo para la paz", señalaron a finales de 2014 los negociadores de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde Cuba, donde desde noviembre de 2012 se llevan a cabo las negociaciones con las autoridades para poner fin al conflicto. Desde el Gobierno también se espera que 2015 sea el que, con un poco de retraso, marque un antes y un después en la historia del país sudamericano. Ante las expectativas del inminente comienzo de una etapa posconflicto, los inversores locales e internacionales —ya estimulados por la buena marcha que la economía colombiana viene registrando en el último decenio— han comenzado a tomar posiciones para participar en una nueva Colombia en la que no habrá lugares vedados para el Estado.
"Nuestro ritmo de crecimiento hasta septiembre del año pasado fue del 5%, lo que nos situó en el quinto mejor lugar a escala mundial, sólo superados por las economías asiáticas", explica la ministra Álvarez-Correa. "Este año se prevé que el crecimiento colombiano sea del 4,2%, el doble que la media de América Latina. La firma de la paz añadiría dos puntos al producto interior bruto (PIB), según los estudios hechos por la Universidad de Los Andes y otros centros académicos e instituciones", explica. El PIB colombiano ronda los 380.000 millones de dólares, alrededor de un tercio del español. "Con el acuerdo de paz", añade la ministra, "la inversión en el país, que alcanzó los 16.000 millones de dólares en pleno conflicto, se duplicará según nuestras previsiones".
El Gobierno de Santos puso en marcha ya desde el primer mandato un ambicioso programa de infraestructuras dotado con 25.000 millones de dólares. "El plan es en tres fases con la participación de asociaciones público-privadas. Las dos primeras fases están adjudicadas y la tercera está en pleno proceso. El plan creará 450.000 empleos directos y ha atraído el interés de muchos inversores internacionales", cuenta Álvarez-Correa. "Por ejemplo", prosigue, "Florentino Pérez [presidente de ACS] se asoció con Luis Carlos Sarmiento Angulo, el hombre más rico de Colombia, para participar en los proyectos y juntos han ganado dos licitaciones importantes, una que tiene que ver con el puerto de Buenaventura, muy importante para la Alianza del Pacífico [el acuerdo de integración entre Colombia, México, Perú y Chile] porque va a ser un centro clave del comercio con Asia. El otro proyecto que se adjudicaron está en Antioquia, y es muy importante porque su capital, Medellín, está calificada como una de las más innovadoras del mundo", explica.
La ministra Álvarez-Correa enfatiza que la paz también tendrá un efecto muy positivo en el gasto social. "El Gobierno del presidente Santos ha sido muy activo en la erradicación de la pobreza. En estos años, 3,5 millones de personas salieron de la pobreza y 2,5 millones de la indigencia. Todo ello, con un presupuesto muy orientado a la defensa. Imagínese si, una vez sellada la paz y sin descuidar la seguridad nacional, una parte de ese dinero fuese transferido al gasto en educación, salud y el bienestar social en general... La guerra nos ha dejado siete millones de desplazados y hemos calculado que el fin del conflicto permitirá a mucha gente volver al hogar que tuvo que abandonar y, al Gobierno, desarrollar las zonas conflictivas en un periodo de seis años. En una situación de enfrentamiento, hacer lo mismo nos hubiese tomado 17 años", explica la ministra.
La Alianza del Pacífico, la iniciativa de integración regional creada en abril de 2011 por Chile, Colombia, México y Perú, ya es un pilar del crecimiento del comercio exterior colombiano y se prevé que la actividad del país tanto como centro logístico como exportador aumente exponencialmente tras la firma del acuerdo de paz. "Ya estamos registrando los efectos positivos de la iniciativa y estamos trabajando para darle un mayor impulso al comercio entre los socios y a la incorporación de nuevos miembros. Costa Rica pidió entrar en la Alianza y para hacerlo tendrá que tener acuerdos comerciales con cada uno de los socios fundadores. Panamá también está interesado, pero con este país tenemos un problema muy delicado: el contrabando. Nosotros entendemos que el puerto de Colón tiene derecho a ser pujante y competitivo, pero también entendemos que esa competencia tiene que ser leal. Por suerte tenemos un muy buen entendimiento con el Gobierno panameño y estoy segura de que lograremos llegar a un acuerdo", explica la ministra.
En cuanto a las relaciones —muchas veces tensas— con sus otros vecinos, Ecuador y Venezuela, la ministra cree que los recientes roces con Ecuador por la subida de los aranceles de importación se irán disipando a medida que avancen las negociaciones. "Hay que entender la situación de Ecuador", dice Álvarez-Correa, "casi el 70% de sus ingresos proceden del petróleo y calcularon para este año unos presupuestos con un barril a 70 dólares y ahora está en 36 dólares y, además, no tiene posibilidad de maniobrar con el tipo de cambio porque su moneda es el dólar. Ecuador es importante para nosotros en la balanza comercial. Exportamos unos 2.000 millones de dólares e importamos 1.000 millones. Ya se han excluido de las barreras arancelarias las materias primas y bienes de capital y seguimos intentando rebajar aún más esas salvaguardas comerciales", cuenta.
"Con respecto a Venezuela, es cierto que el comercio ha ido disminuyendo. Ahora son el sexto destino de nuestras exportaciones cuando eran el primero", explica.
La ministra cree que, con el tiempo, será posible que el Mercosur se sume a la Alianza. "Hemos tenido algunas reuniones, la última en diciembre, y han sido muy positivas. Tarde o temprano todos entendemos que el comercio es muy importante y que no conviene cerrarse", concluye.
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