La Reserva Federal mantiene que será paciente antes de subir tipos
Wall Street empieza a descantarse por la reunión de septiembre para el primer alza en EE UU desde junio de 2006
Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal, sigue sin mostrar sus cartas. El banco central estadounidense repite en el comunicado final de su primera reunión del año que será “paciente” a la hora de proceder a la primera subida de tipos desde junio de 2006. El precio del dinero está estancado en el 0% desde hace seis años y ahí se quedará durante "algún tiempo". El alza en abril queda, por tanto, descartada, algo que podría suceder en verano.
El objetivo de Yellen es hacer el menor daño posible a la economía y evitar turbulencias adicionales en los mercados financieros, que ya sufren de volatilidad por el desplome del petróleo, el repunte del dólar, el estancamiento económico en Europa y la moderación de la expansión en los emergentes. Los datos económicos de EE UU tampoco reflejan muchos cambios desde la reunión de diciembre. Pero que deberá subir tipos es algo que se da por hecho.
Aunque el mensaje general del comunicado indica que la Fed va con calma, la valoración que hace de la economía es más optimistas que en diciembre. Eso podría señalar al mercado que en este momento no tiene intención de cambiar de estrategia. Al referirse al crecimiento económico, señala que la expansión progresa a un "ritmo sólido", frente al "moderado que decía hace un mes. Lo mismo con el empleo, donde la creación es "robusta" en lugar de "sólida".
La cuestión es cuándo va ha subir tipos. La idea hasta ahora era que el nuevo paso hacia la normalidad monetaria en EE UU sucediera a comienzos de verano, bien a mediados de junio o final de julio. Pero cada vez más analistas dicen que podría ser en septiembre e incluso a final de año. El cambio de lenguaje del comunicado podría llegar como pronto en marzo. La inflación le da margen suficiente para ganar tiempo. En diciembre los precios cayeron cuatro décimas.
La tasa anual de inflación en EE UU está en el 0,8%. La Fed no ve un riesgo de deflación como en Europa. Además, está el hecho de que el resto de grandes bancos centrales del mundo van en la dirección contraria. El Banco Central Europeo acaba de anunciar que va a inyectar 60.000 millones de euros al mes para sostener la economía y escapar de las garras deflación, mientras que Canadá, Dinamarca y Suiza rebajan tipos. Ese desajusta da fuerza al dólar estadounidense.
En solitario
La situación única en la que se encuentra la Fed, en la que parece ir en solitario, le obliga a ser muy cuidadosa en sus movimientos. Yellen, como dejó claro en sus intervenciones públicas, se está dedicando a manejar el riesgo y no puede empezar a subir tipos hasta tener la confianza absoluta de que el alza de tipos no dañará a la economía de EE UU y de rebote a la global. El voto esta vez en el seno del comité fue enánime, frente a tres disidentes en la pasada.
En esa evaluación constante del riesgo, hay economistas que piensan que la Fed podría esperar incluso hasta diciembre porque podría asumir que la inflación se le fuera unas décimas por encima del objetivo del 2%. Si por el contrario subiera tipos de forma prematura, la vulnerabilidad durará más y dispondría en cualquier caso de poca munición para afrontar un debilitamiento. Los mercados recibieron al principio el anuncio prácticamente planos.
Lo que también es cierto es que la economía crece con solidez y que el mercado laboral está a un año de lograr el pleno empleo. La primera lectura del PIB del cuatro trimestre se conocerá el viernes. Sin embargo, esto no se está traduciendo en un incremento de los salarios ni de la inflación, aunque la espectativa a largo plazo es que suba. Hay también economistas que señalan que las políticas monetarias divergentes de los bancos centrales tienen el efecto de un alza de tipos en EE UU.
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