La plata mexicana pierde brillo
El descenso de precios de los metales y la subida de impuestos lastran al primer productor
La tierra lo ha gestado por siglos. Y la tradición lo ha convertido en riqueza. Las poblaciones prehispánicas de México ya conocían el valor de los minerales diseminados con exuberancia por todo lo largo y ancho del subsuelo. Se cimentaron en el arte refinado de la orfebrería y hasta donaron maravillas de oro y plata a los recién llegados de la otra orilla del Atlántico. La opulencia de minerales, culpable de haber manchado de sangre las tierras indígenas, es ahora una de las fortalezas industriales del país. México, el primer productor de plata del mundo y una de las principales potencias mineras del continente, está pasando hoy día por una mala racha. Los responsables: la drástica bajada de los precios de los metales y una repentina subida de impuestos dictada por el Gobierno central.
El valor total de la producción minera cayó un 18% en 2013
“De acuerdo con los recursos es un país mágico”, corrobora Jesús Valdés, catedrático de la Universidad Iberoamericana. Primer extractor de plata —con el 20% de la producción mundial— y décimo de oro, México también posee cobre, plomo, zinc o grafito, entre otros minerales. Los analistas estiman que todavía un 70% del territorio es apto para localizar nuevos yacimientos. Son tantos los recursos que el país ha logrado afianzarse como primer receptor de inversión directa de América Latina y cuarto en el mundo, de acuerdo con los datos del Metals Economics Group (MEG). “La industria minera es y siempre ha sido importante […], pero sus productos son commodities cuyo precio puede subir o bajar”, zanja el académico.
En un sector donde la especulación desempeña un papel importante, cada cambio coyuntural conlleva una ráfaga de volatilidad que puede costar caro. “Los metales preciosos se convirtieron en material refugio durante la crisis y su precio se disparó”, detalla Valdés. Después que en 2011 su valor tocara máximos, dos años más tarde la burbuja se pinchó: la plata se depreció hasta un 64% y el valor del oro cayó un 34%.
Para las compañías mineras que operan en México, muchas de ellas con capital extranjero, ha llegado el momento de ajustarse el cinturón y volver a hacer cuentas. “Se está observando una cierta caída en cuanto a inversiones. Los precios de los metales a la baja no justifican la inyección de capital para nuevos proyectos”, comenta Fernando Bolaños, analista del grupo financiero Monex. De acuerdo con el último informe de la Cámara Minera de México (Camimex), en 2013 las inversiones retrocedieron un 18% respecto al año anterior.
A esta mala coyuntura se suma una nueva carga impositiva entrada en vigor el pasado enero, que aumenta la imposición fiscal en un 7,5% sobre los beneficios a la extracción con un suplemento del 0,5% si se trata de metales preciosos. La medida ha sido duramente criticada por la industria. Las empresas extranjeras, que representan el 40% del sector, han hasta amenazado con llevarse las inversiones fuera del país después de haber inyectado en 2013 casi 3.000 millones de dólares, de acuerdo con las estadísticas de la Secretaría de Economía.
“La subida de impuestos tiene un impacto importante en el resultado de la industria, sobre todo si la analizamos en un contexto en el que las compañías ya tienen que lidiar con unos precios a la baja”, resume Héctor García, especialista fiscal en minería para PwC. La principal preocupación está dirigida a los proyectos en exploración, más de la mitad dirigidos por compañías canadienses, ya que son esenciales para el crecimiento del sector. “El coste es ahora ligeramente más elevado respecto al de otros competidores latinoamericanos —en particular Chile, primer extractor de cobre del mundo, y Perú, tercer productor de plata—, pero no hay que olvidarse que la rentabilidad minera de México es muy alta por los grandes volúmenes de producción”, apostilla.
Los precios a la baja no justifican la inyección de capital para nuevos proyectos Fernando Bolaños, analista de Monex
Así, sobre todo las compañías volcadas en la explotación de metales preciosos han aprovechado la abundancia de recursos ante el panorama hostil y han incrementado la producción para abatir costes. Este esfuerzo se tradujo en un aumento de la extracción de oro en un 14% y de plata en un 8,6%, según los datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística relativos a 2013. Este avance, sin embargo, no ha sido capaz de frenar la caída generalizada de la industria: Camimex calcula que el valor total de la producción y las exportaciones se desplomaron un 18% al cierre del año pasado.
Para Ramón Dávila, director general para México de la empresa canadiense First Majestic Silver Corp, “2014 va a ser un año negativo”. En su opinión, el sector minero, que contribuye al PIB industrial con una aportación del 8,5%, podría perder peso en la economía nacional en los años venideros.
La apuesta es que los inversores foráneos, que empezaron a entrar en el mercado a mediados de los 90, sigan apostando por México y por sus ventajas competitivas pese al escenario internacional. “El país tiene un potencial geológico enorme, pero además cuenta con una larga tradición minera, una fuerza de trabajo altamente calificada y una mano de obra relativamente barata”, señala Samuel Williams, reportero de minas y metales para Business News Americas. “Obtener una concesión es mucho más rápido que en otros países y la legislación es amigable”, añade.
Dávila enumera los males que corroen a la industria. “Estamos viendo un descenso importante por la coyuntura internacional, la bajada de precio de los metales y la reforma fiscal, pero México es muy rico y va a seguir siendo un país minero aunque tengamos que ajustarnos a las condiciones del mercado”, concluye. Los analistas estiman que el precio de los metales se encamine en una senda de estabilidad en el mediano plazo, y logre así paliar las pérdidas de un sector que emplea a 333.000 trabajadores.
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