Un economista a favor de mercados regulados
Vanoli, nuevo presidente del Banco Central argentino, dirigió durante cinco años la Comisión Nacional de Valores
Alejandro Vanoli, de 53 años, es un economista heterodoxo del colectivo Plan Fénix, integrado por profesores de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que en el colapso de Argentina de 2001 alzaron su voz contra el pensamiento hegemónico neoliberal de entonces en este país. Desde 2009 dirigía la Comisión Nacional de Valores, desde la que ha impulsado una ley que ha elevado los controles sobre las empresas que cotizan en bolsa. Ahora reemplazará en la presidencia del Banco Central a Juan Carlos Fábrega, acusado por quien lo había designado, la jefa de Estado, Cristina Fernández de Kirchner, de insuficientes controles al mercado ilegal de cambios. En un país donde la compra de divisas está fuertemente restringida desde 2011, Vanoli criticó el año pasado a los medios de comunicación porque publican la cotización del dólar en la plaza marginal y opinó que es como si difundieran el precio de la cocaína. Al frente de la autoridad monetaria, contará con el poder de policía para combatir las cuevas, o casas de cambio ilegales, en tiempos en que el peso pierde valor en esas guaridas.
Vanoli se graduó en Economía en 1987 en la UBA, adonde llegó al cargo de profesor titular diez años después. También ha dado clases en las universidades de Tucumán, Quilmes, Austral y en la Nacional Autónoma de México (UNAM). Desde 1988 hasta 2005 fue ocupando diversos puestos técnicos en el Ministerio de Economía, el Banco Central y la Comisión de Valores. En 2006 asumió como vicepresidente de este organismo regulador bursátil en un país con un pequeño mercado de capitales, en el que el ciudadano de clase media suele optar entre invertir en dólares en efectivo o en depósitos a plazo en pesos antes que en acciones o títulos públicos. Tres años después arribó a la presidencia de la comisión. Como tal, emprendió la reforma de la ley del mercado de capitales, con el argumento de incentivar a los pequeños inversores a apostar por acciones y bonos. Los críticos de esta norma advertían de que llevaría a un control estatal de empresas, pero hasta ahora ninguna ha sido intervenida. En cambio, Vanoli se ha comprometido en forma intensa en la pelea del kirchnerismo contra el grupo de medios Clarín y una de sus empresas, Papel Prensa, por presuntas irregularidades.
Vanoli pertenece al Plan Fénix, colectivo de profesores de economía contrarios al neoliberalismo
En los últimos tiempos, este economista ha criticado a la prensa por publicar la cotización del dólar ilegal, también llamado blue (azul), una práctica que repiten tanto los medios críticos del Gobierno de Fernández como los más proclives y que en Venezuela, donde también rigen controles de cambio, está prohibida. El ahora expresidente de la Comisión de Valores había iniciado en los últimos días inspecciones sobre bancos y sociedades de bolsa que controlan otro mercado de cambios paralelo al oficial, el llamado contado con liquidación, que es varias veces mayor al blue. El contado con liqui es usado por grandes inversores para fugar dinero de Argentina mediante la triangulación de acciones y bonos. Hasta ahora era considerado legal, pero este martes, el mismo día en que Fernández criticó al antecesor de Vanoli por el descontrol del blue, aseveró que el contado con liqui también sería ilegal.
Fábrega, de 65 años, no era economista, solo había completado la secundaria, pero había trabajado casi toda su vida en la banca estatal. Como presidente del Banco Central, se había dejado asesorar por los técnicos de la entidad, que son más bien ortodoxos en lo económico. De ahí los conflictos entre Fábrega, a favor de subir los tipos de interés para controlar la inflación (30%, según cifras oficiales, o 40%, según las agencias provinciales de estadística), y el ministro de Economía, Axel Kicillof, un keynesiano de izquierda que promovía abaratar el dinero para estimular la salida de la recesión. Es posible que Vanoli comparta la visión de Kicillof, pero no pertenece al grupo de economistas fieles al ministro que llegó con él al Gobierno. Incluso Kicillof en 2001, cuando era profesor de la UBA, optó por mantenerse al margen del Plan Fénix al que pertenece Vanoli porque consideraba que sus miembros no eran suficientemente radicales en su crítica al neoliberalismo.
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