El abaratamiento de las materias primas agrícolas afecta a Mercosur

Los días felices para Latinoamérica por los altos precios de las materias primas han acabado. Primero comenzaron a caer las cotizaciones de los minerales, que habían llegado a marcas históricas a partir de la bonanza iniciada en 2003, y ahora es el turno de los alimentos, que no habían alcanzado récords sino que se habían recuperado de décadas de bajos precios. En los últimos cinco meses los granos han experimentado fuertes caídas ante la abundante cosecha en el mundo, sobre todo en EE UU. Así como la depreciación de los minerales afecta en particular a Perú y Chile, la de los productos básicos agrícolas atañe en especial a Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. Los valores del trigo y la soja se encuentran en su nivel más bajo de los últimos cuatro años. El maíz, en el peor en cinco años. El precio de la tonelada de soja bajó 40% en cinco meses, a 337 dólares. El maíz, un 37%, a 126 dólares y el trigo, un 33%, a 176.

No obstante, los granos aún cotizan mejor que en los primeros años de periodo de bonanza. Los factores que habían impulsado los precios de los alimentos, como la expansión de la clase media en China y otros países emergentes y el desarrollo de los biocombustibles, aún permanecen vigentes. Pero economistas advierten de que los precios de los productos básicos tienen sus ciclos y los malos son tan largos como los buenos. Ante las elevadas cotizaciones de los últimos años y aunque la tierra es finita en el mundo, la tecnología de agroquímicos y semillas transgénicas, prohibidas en diversos países por motivos sanitarios y ecológicos, ha permitido que los agricultores de EE UU y Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela) lograran en los últimos dos años marcas históricas de producción.

“Los precios caen por un aumento de la oferta en los últimos dos años, en especial en EE UU, donde el clima fue absolutamente benévolo, algo que es poco habitual”, observa Adrián Seltzer, analista de la comercializadora de granos Granar. “Los demandantes, al ver que cae el precio, solo hacen compras de corto plazo, pero la bajada hará aumentar la demanda en algún momento. La buena cosecha de EE UU puede repetirse o no, pero el ciclo de altos precios se terminó. Eso no significa que volvamos a los precios de 2004 o 2005, pero eso depende de la oferta, que a su vez depende del clima”, analiza Seltzer.

Brasil es el segundo mayor productor de soja del mundo y el tercero de maíz. En soja, Argentina es tercera en el mundo, Paraguay ocupa el sexto lugar, Uruguay está octavo y Bolivia, décimo. En maíz, Brasil es la tercera potencia; Argentina, la quinta y México, la séptima. En cambio, en trigo ningún país latinoamericano figura entre los diez mayores productores.

Los granos son exportaciones clave de varios países latinoamericanos. Para Brasil, la soja es la tercera exportación (7% del total), detrás del mineral de hierro y el petróleo, mientras que la caña de azúcar, cuyo precio también está en mínimos de los últimos cuatro años, es la cuarta (5,3%). En México, en cambio, el maíz transgénico está prohibido y la producción del cereal apunta al mercado interno, mientras las principales ventas externas son manufacturas y petróleo. En Argentina, que necesita exportaciones para revertir la escasez de divisas y el riesgo de otra devaluación como la de enero pasado, la soja supone el sexto producto de venta al mundo (4% del total); la harina de esta oleaginosa, el primero (13%) y su aceite, el tercero (5,4%). El maíz es la segunda exportación (6,1%).

Pero no todos los países latinoamericanos dependen del mismo modo de las materias primas para financiar sus presupuestos. Los ingresos fiscales de los petroleros Venezuela, Ecuador y México dependen en un 40%, 35% y 33% de ellas, según un informe de la organización Oxfam. Para tranquilidad de esos países, el crudo se mantiene con una alta cotización. Bolivia, que se sostiene más con el gas natural, obtiene de los productos básicos el 30% de su recaudación; los mineros Chile y Perú, el 17% y el 9%, respectivamente; Colombia, exportadora de petróleo y minería, el 16% y Argentina, que grava todas las exportaciones pero sobre todo la soja, el 14%. El reporte de Oxfam no menciona a Brasil, pero es uno de los países menos dependientes de las materias primas en Latinoamérica.