China inyecta liquidez a sus bancos ante el temor a un frenazo económico
El Banco Central del gigante asiático aportará 62.800 millones de euros a los cinco principales entidades financiera del país
China se une a las políticas de estímulo. El Banco Central del gigante asiático ha decidido inyectar 500.000 millones de yuanes (unos 62.800 millones de euros) a las cinco principales entidades financieras del país con el objetivo de reavivar la economía, según informaron este miércoles varios medios del país. La medida, que no ha sido ni desmentida ni confirmada por el máximo órgano regulador de la política monetaria, llega tras varios indicadores –como la producción industrial y las ventas al por menor— que señalan una ralentización de la actividad de la segunda economía mundial, pues siguen creciendo pero no al ritmo deseado (se estima que la economía china debe crecer por encima del 7% para mantener el empleo). Además, y aunque las exportaciones han remontado, las importaciones acumulan dos meses de caídas consecutivas, lo que hace temer un enfriamiento de la demanda interna.
Los 500.000 millones de yuanes se repartirán equitativamente entre los cinco mayores bancos del país a través del mecanismo Standing Lending Facility (SLF), que permite dar préstamos de uno a tres meses a las entidades cuando no son capaces de obtener liquidez suficiente por su cuenta. Se especula que la inyección podría responder asimismo a la necesidad de cubrir la demanda creciente de efectivo ante la próxima semana festiva por el Día Nacional de China, que en otros años ha provocado problemas de liquidez en algunas entidades.
"De ser cierto, se trata de una respuesta a los datos débiles del mes de agosto y a la consecuente volatilidad de los mercados financieros. El Gobierno quiere dar un mensaje de que está ahí para apoyar la economía", aseguró Wang Hongmiao, catedrático adjunto del Instituto de Economía de la Academia de Ciencias Sociales de China (CASS). Tras la noticia, las bolsas chinas cerraron este miércoles al alza: Hong Kong ganó un 1%, Shanghái un 0,49% y Shenzhen un 0,77%.
La economía china ha entrado en un proceso de desaceleración en los últimos años, provocado por el debilitamiento de su demanda externa pero también por la reestructuración del modelo económico del país. Tras años de crecimiento a golpe de inversión pública, ahora las autoridades quieren dar un mayor protagonismo al mercado y esto se ha reflejado en las medidas de estímulo que se aplican en China, mucho más prudentes que antes.
Desde el enorme plan de estímulo aprobado para capear los efectos de la crisis financiera internacional, cada vez que la segunda economía mundial se ralentiza, Pekín actúa para compensar la caída pero nunca de forma contundente. En este contexto, el Banco Central ha evitado medidas de estímulo generalizadas –no ha tocado los tipos de interés desde 2012— y se ha limitado a controlar los niveles de liquidez mediante operaciones a mercado abierto y con mecanismos como el SLF (facilidad de depósito para entidades en problemas). Por ejemplo, en abril, tras un primer trimestre de un crecimiento económico menor al esperado, el organismo decidió recortar el coeficiente de caja de las entidades financieras, pero solamente las rurales, para facilitar el crédito en estas áreas. La medida, junto a las rebajas fiscales a las pequeñas empresas, funcionó y ayudó a China a recuperarse en el segundo trimestre.
Ahora, en un contexto en que la demanda interna vuelve a flaquear, los analistas auguran futuras actuaciones en este ámbito. En una nota, economistas del banco estadounidense Goldman Sachs no las descartaron y aseguraron que, aunque se trata de medidas de ajuste, acciones como las de este miércoles "apoyan enormemente el crecimiento de la demanda".
La semana pasada, el primer ministro del país, Li Keqiang, quiso mandar un mensaje de tranquilidad a los mercados. El crecimiento del 7,4% registrado en el primer semestre, aunque es ligeramente inferior al objetivo marcado para este año (7,5%), "está dentro del intervalo adecuado". En su discurso durante la inauguración del VIII Foro Económico Mundial de Tianjin, dejó claro que Ejecutivo chino "cuenta con una amplia gama de herramientas de control macroeconómico para contrarrestar las fluctuaciones y evitar el 'aterrizaje brusco' del país". China ya ha utilizado una de ellas.
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