El Tesoro estrena los bonos a 50 años con una emisión de 1.000 millones de euros
La operación, que se ha cerrado al4%, coincide con el relevo al frente del organismo
El Tesoro Público ha aprovechado la buena situación que atraviesan los mercados de financiación y deuda pública para estrenar los bonos a 50 años, según ha informado el Ministerio de Economía. Con estos títulos, que rinden un cupón del 4% anual, el Estado ha colocado 1.000 millones de euros. La operación ha coincidido con el relevo de director y la sustitución de Íñigo Fernández de Mesa por Rosa Sánchez-Yebra tras el salto del primero a la Secretaría de Estado de Economía.
El organismo dependiente de Economía llevaba desde enero estudiando emitir a este plazo. Las ventajas de ello son que permiten alargar la vida media de la deuda en circulación y ampliar la base de inversores. Así, el Tesoro logra captar nuevos compradores —principalmente fondos de pensiones y otros inversores centrados en el largo plazo—, lo que es muy positivo ahora que las necesidades de emisión han alcanzado récords por la obligación de financiar el déficit. De hecho, la deuda pública ha superado en junio el billón de euros por primera vez en la historia.
Afortunadamente para las arcas del Estado, esta escalada de la deuda pública está teniendo lugar en un momento en el que los costes para financiarse también están marcando récords, pero por lo bajo. Detrás de este descenso de las rentabilidades exigidas por los inversores para comprar el papel del Tesoro están los planes de ayuda del BCE y la posibilidad de que el banco central se ponga a comprar deuda para atajar el riesgo de deflación. También, porque la economía española vuelve a coger brío tras el duro programa de ajustes y recortes puesto en marcha para embridar las cuentas públicas. Otro factor que juega a favor de España es la reducida inflación, al bajar los intereses en el conjunto de Europa.
Prueba de ello, el interés del bono a 10 años ha rozado incluso el entorno del 2% por primera vez, mientras la rentabilidad del papel a más corto plazo que vende el Tesoro (las letras a 3 meses) llegó a tocar cifras negativas en el mercado secundario la semana pasada. Esta situación, que nunca se había dado antes, llevó a la Secretaría General del Tesoro y Política Financiera a dictar una resolución para proteger al pequeño inversor. En ella estableció que las peticiones no competitivas se darían por no presentadas en caso de que el tipo medio de la subasta fuera negativo.
El año pasado, el Tesoro ya recuperó la emisión de deuda a 30 años tras cuatro años sin tentar al mercado con este papel por culpa de la crisis. En aquella operación, celebrada en octubre, colocó 4.000 millones de euros con una demanda que superó los 10.600 millones. Dado el buen resultado de la subasta sindicada a 30 años y, también, de las nuevas emisiones de bonos ligados al IPC europeo —un instrumento que también empezó a usar el Tesoro en 2014 por la buena situación de los mercados—, el Tesoro ha optado finalmente por arriesgar con los bonos a 50 años por primera vez.
Con estos 1.000 millones, el Estado alcanza ya el 78,4% del programa de emisión a medio y largo plazo de 2014. Según añade Economía, que destaca que la operación "muestra una vez más su fortaleza en los mercados de capitales, incluso en los plazos más largos", Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) y Caixabank han actuado como entidades colocadoras de esta emisión.
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