La inflación de la zona euro toca mínimos en cinco años y mete presión a Draghi

El riesgo de deflación no se aleja de Europa y mete presión al presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, para que tome nuevas medidas. La inflación de la zona euro, según el adelanto publicado este viernes por la oficina estadística europea, Eurostat, se sitúa en el 0,3% en agosto, una décima por debajo que en julio. Este dato supone que los precios avanzan a su ritmo más bajo desde octubre de 2009, cuando el índice encadenó cinco meses seguidos de tasas negativas.

Eurostat avanza que energía y alimentación, alcohol y tabaco presentarán tasas negativas en el mes de agosto, del 2% y 0,3% respectivamente. El sector de los servicios, por otro lado, será el apartado con la mayor variación al alza en los precios, al apuntarse un crecimiento del 1,2%, seguido por los bienes no energéticos, que subirán un 0,3%.

A mediados de 2009, la inflación se situó en tasas negativas hasta marcar un mínimo del -0,6%, para después crecer por un periodo prolongado, hasta tocar picos del 3%. A finales del año pasado, los precios volvieron a bajar, acercándose cada vez más a la zona que el presidente del BCE define de “peligro”.

En España, la tasa adelantada de inflación para el mes de agosto fue negativa por segundo mes consecutivo, hasta situarse en el -0,5%, un diferencial de ocho décimas respecto a la zona euro, como en julio, y tres décimas más que en junio, cuando el índice nacional se situó en el 0% contra el 0,5% comunitario. La brecha, sin embargo, se amplía si se compara con la tasa de la UE de los 28, que en el mes de julio fue del 0,6%.

El titular del regulador comunitario lleva meses tratando de ahuyentar el riesgo de deflación, presionado tanto por los países miembro como por el FMI. Draghi, que prevé bajas tasas de inflación durante tres años, decidió adoptar, el pasado junio, medidas dirigidas a estimular un crecimiento económico que está tardando en despegar. En concreto, inyectó 400.000 millones de euros para reactivar el crédito e impuso una tasa de depósito negativa tras rebajar al mínimo los tipos de interés. Recientemente, en una reunión de banqueros centrales en EE UU, se declaró “confiado” acerca de la estrategia adoptada y dispuesto a poner en marcha “ajustes” adicionales si necesario.