Solo 22.090 empresarios se registran en el nuevo régimen del IVA de caja

El IVA de caja, un nuevo régimen en vigor desde enero para que las pymes y los autónomos que facturen menos de dos millones de euros puedan aplazar el pago del IVA al fisco hasta cobrar la factura, ha fracasado. Solo 22.090 empresarios se han acogido a esta nueva modalidad para liquidar el impuesto sobre el consumo, según una respuesta parlamentaria escrita del Gobierno en el Congreso del pasado 8 de julio. El Ejecutivo esperaba que unas 2,3 millones de pymes y autónomos se pudieran sumar a esta medida de forma voluntaria. Pero solamente se han inscrito 10.539 personas jurídicas y 11.551 personas físicas, según la respuesta a la pregunta parlamentaria registrada por el diputado de CiU Josep Sánchez i Llibre.

La cifra de registrados es decepcionante porque el Ministerio de Hacienda esperaba que al menos las cerca de 120.000 pequeñas empresas que trabajan habitualmente con las distintas administraciones públicas se dieran de alta en esta modalidad que permite retrasar el pago del IVA a Hacienda hasta cobrar la factura. El sistema habitual es el de devengo que obliga a las empresas a pagar el IVA en cuanto emitan la factura con independencia de que la hayan abonado o la tengan pendiente de pago.

Ante la escasa acogida del nuevo régimen de IVA, el Gobierno tuvo que ampliar en tres meses el plazo para que los empresarios se inscribieran en esta modalidad fiscal que vencía en enero. El balance final muestra que, a pesar de que los empresarios dispusieron de cuatro meses para registrarse en la Agencia Tributaria para poder acogerse a esta modalidad, solo el 1% de todas las pymes y autónomos que podían hacerlo se inscribieron.

La Agencia Tributaria calcula que este sistema ha costado 32 millones

La iniciativa era una de las propuestas estrellas del programa electoral del PP en las pasadas elecciones para satisfacer una vieja reivindicación de las organizaciones empresariales. Los populares retrasaron la medida hasta 2014 alegando que las dificultades en el proceso de consolidación fiscal —el ajuste del presupuesto— complicaba poner en marcha el nuevo régimen de IVA porque podría mermar los ingresos tributarios. De hecho, Hacienda había calculado que la iniciativa podría suponer una merma de los ingresos públicos próxima a los 983 millones de euros en 2014. Pero la realidad es que apenas ha costado 32 millones de euros a las arcas públicas hasta junio, según el último informe mensual de recaudación difundido por la Agencia Tributaria.

A pesar del escaso éxito la reforma fiscal no prevé mejorar la norma

Las principales asociaciones de autónomos justifican el fracaso de la iniciativa por las presiones de las grandes empresas a las pymes a las que subcontratan porque estas no podían deducirse el gasto hasta que pagaran la factura. No obstante, los problemas de liquidez también han afectado a la implantación del sistema. El IVA de caja obliga a las empresas a pagar sus facturas antes de lo que lo venían haciendo en un momento en que escasea el crédito. Como muchas sociedades aplazan pagos como forma para financiarse, rechazan acogerse a este régimen fiscal. Además, las empresas que se registren en este régimen tendrán que llevar una contabilidad de caja paralela para que el fisco pueda comprobar cuándo ingresó el pago de la factura.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se mostró en mayo dispuesto a mejorar este sistema de liquidación del IVA con la reforma tributaria pero el nuevo marco fiscal que aprobó el Ejecutivo a finales de julio no recoge novedades sobre el IVA de caja.