Hacienda mira la segunda vivienda

Los rumores sobre lo que depara la reforma fiscal —que iría al Consejo de Ministros del 20 o del 27 de junio— en relación con gravar más la segunda vivienda han creado alarma, pero haber, haber, aún no hay nada.

De momento, en Hacienda no se ha dicho nada oficialmente sobre vivienda, excepto que —desoyendo el consejo del informe de la comisión de expertos consultados sobre la reforma— la habitual no va a ser gravada. No se le dará el tratamiento de imputación de renta en el IRPF, como proponía el informe Lagares.

La segunda cosa que ha aclarado es que se va a seguir manteniendo la deducción por compra antes de enero de 2013.

Con la anunciada reducción de siete tramos de renta a cinco, se podría beneficiar a los que más cobran, pero también parece que aumentará el número de los que estarán exentos por rentas de trabajo. Otra cosa es el patrimonio. En el programa de Bruselas se proponía al Gobierno primar los impuestos que gravan el uso en lugar de la transmisión, lo que dirige la atención hacia el patrimonio global del contribuyente.

En el aire está la presunción de que se pagará más por patrimonio (inmobiliario o no). Pero cuánto y cómo, aún no se sabe.

Por otra parte, una de las cuatro directrices dadas por el departamento de Cristóbal Montoro a los expertos era la de que el nuevo sistema impositivo debe garantizar la unidad de mercado. Esto ha dado lugar a suponer que podría imponerse un mínimo obligatorio a pagar por el impuesto sobre sucesiones y donaciones en todas las comunidades. Así se evitaría que Madrid, donde está bonificado al 99,9%, compitiera con ventaja.

La segunda vivienda, cuya compra desgravaba en tiempos, no sale ahora gratis. En el IRPF tributa por el 1,1% del valor catastral, o el 2%, cuando la revisión catastral haya sido anterior a enero de 1994. A la cantidad resultante se le aplicarán tipos marginales de entre el 24,75% y el 52%, según el nivel de renta.

Rubén Gimeno, director del Servicio de Estudios del Registro de Economistas Asesores Fiscales, hace las cuentas para el caso de una segunda casa modesta. Suponiendo un valor catastral medio de 30.000 euros, y aplicando un tipo marginal del 30%, se tributarían 99 euros al año, a dividir entre todos los propietarios, si por ejemplo, fuera de varios hermanos.