El tipo medio del impuesto sobre la renta alcanza máximos históricos
La subida del IRPF de 2011, la supresión de las deducciones y la inflación elevan la tasa hasta el 14%, casi dos puntos más que hace cinco años
Los españoles pagan más impuestos que nunca. Durante el primer trimestre de 2014, los contribuyentes abonaron por sus rentas el tipo medio impositivo más alto desde 1995, cuando arranca la serie histórica de la base de datos de la Agencia Tributaria.
La subida del impuesto sobre la renta aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy en diciembre de 2011, nada más llegar a La Moncloa, incrementó la tarifa máxima del IRPF —el impuesto cuenta con siete tramos— hasta situarla entre las más altas del mundo: el 52%. El Ejecutivo ha ido sucesivamente limitando las deducciones en el IRPF —suprimió la desgravación por adquisición de vivienda desde 2013— y estableció un gravamen adicional para premios de loterías. Ello elevó el tipo medio del impuesto a máximos históricos.
En 2014 es cuando las medidas están desplegando todos sus efectos. Y, por eso, el tipo medio del IRPF ha aumentado hasta el 14% durante el primer trimestre del año, el mayor en los últimos 77 trimestres, según los datos difundidos esta semana por la Agencia Tributaria. Esta tasa es algo más de dos puntos más elevada que la media histórica, sita en el 11,7%. Los casi 19 millones de contribuyentes que pagan el impuesto sobre la renta lo están haciendo al tipo medio más alto de los últimos 19 años. Y esto a pesar de que la crisis —y la reforma laboral— ha provocado una contracción salarial, lo que tiende a reducir el tipo.
Los españoles pagan ahora más tributos que nunca
Además, de la subida de impuestos acometida por el Gobierno hay otros factores que explican el hecho de que los ciudadanos paguen de media cada vez más impuestos por sus rentas, salariales, pensiones o rendimientos mobiliarios:
La incorporación de nuevos pensionistas al sistema con rentas por jubilación más elevadas que la media también contribuye a aumentar el tipo medio. "Hay que considerar que ni las tarifas ni los mínimos personales se han actualizado con la inflación desde hace años", apunta Jesús Gascón, ex director general de Tributos entre 2008 y 2011 y autor del libro Diagnóstico y propuestas para una reforma fiscal. Gascón explica que no aplicar la evolución del IPC en la estructura del impuesto "perjudica claramente al contribuyente. Aunque la inflación no sea muy elevada el efecto se percibe en unos años". Este inspector de Hacienda recuerda que no solo el tipo marginal se sitúa en máximos: también el mínimo, en el 24,75% es muy elevado.
"Esto significa que, aunque la presión fiscal agregada haya bajado, el individuo que paga impuestos cada vez paga más", apunta José Félix Sanz, director de estudios tributarios de la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas). Otra de las novedades de los datos aportados por la Agencia Tributaria esta semana es que las bases imponibles —el dinero sujeto a impuestos— han registrado un aumento de dos trimestres consecutivos por primera vez en la crisis. Este hecho revela una leve recuperación de la actividad económica.
Las bases imponibles encadenan dos trimestres al alza
El Gobierno presentará en dos semanas la reforma del sistema tributario. La medida estrella será una simplificación y rebaja del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF). El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha avanzado que se reducirá el número de tramos de los siete actuales a cinco, aunque este detalle no permita extraer muchas conclusiones sobre el impuesto.
Hacienda también recalca que la reforma beneficiará a las rentas medidas y bajas. El presidente del Gobierno aseguró que los mileuristas —trabajadores con rentas inferiores a 12.000 euros— no pagarán impuestos. Además, se mejorarán los beneficios fiscales para las familias y para los contribuyentes con cargas familiares o dependientes.
El Ejecutivo todavía tiene que desvelar cómo diseña la estructura del impuesto: en qué tramos de renta situará las tarifas. De ello, dependerá la progresividad del tributo y el beneficio que tenga entre los contribuyentes. El 85% del impuesto lo pagan los asalariados que cobran entre 33.000 euros y 53.000 euros.
Como la reforma fiscal entrará en vigor en año electoral, el Gobierno tratará de aplicar la mayor rebaja posible, pero esta debe ser compatible con la contención del déficit. El Ejecutivo tiene que reducir sus números rojos en 30.000 millones hasta 2016. Y la rebaja del IRPF tendrá un coste para el Estado de unos 5.000 millones en los próximos dos años.
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