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Wall Street se fatiga tras la carrera

Los índices bursátiles de EE UU recuperaron hace un año los niveles anteriores a la deblacle financiera

Inversores operan en Wall Street.
Inversores operan en Wall Street.EFE

A Wall Street le costó cuatro años recuperar todo el terreno que perdió en menos de 18 meses durante la pasada crisis. Los dos principales índices ya borraron todas las pérdidas hace un año, al recuperar en marzo de 2013 el máximo previo a la gran recesión, que databa de octubre de 2007. Estados Unidos salió de la recesión antes que el resto de economías avanzadas y ese efecto locomotora se reflejó en Wall Street, con la ayuda oportuna de la Reserva Federal. El S&P 500, el índice que integra las mayores corporaciones cotizadas del país, ha marcado cinco máximos consecutivos los últimos días. El Dow Jones, el de referencia del parqué neoyorquino, también se mueve en zona de récord. Pese a ello, el fuerte repunte de los últimos años se esfumó y domina el aburrimiento en los inversores, que además atesoran ciertos temores a que tras la calma de los últimos meses se esconda una nueva tormenta bursátil.

El Dow Jones se mueve un 20% por encima de su máximo de 2007

El índice S&P 500 se ha apreciado un 25% en comparación con el récord previo al derrumbe de las grandes víctimas de la crisis: primero cayó Bear Stearns y, después, de Lehman Brothers, cuyo colapso convirtió el 14 de septiembre de 2008 en el día en el que el sistema bancario de Estados Unidos cambió su forma de funcionar. Ahora el S&P 500 está por encima del nivel psicológico de los 1.900 puntos, que rebasó por primera vez el 13 de mayo. Lo hizo durante unas horas ese día, pero parece estar asentado a esa altura desde hace una semana. Si lo que se toma como referencia es el mínimo que marcó en el peor momento de la crisis, hace cinco años, la remontada fue aún mayor: del 160%.

El comportamiento del Dow Jones fue similar durante el mismo periodo. En su caso superó el nivel de los 16.000 puntos a final de noviembre del pasado año y hace dos semanas estuvo a menos de 300 de tocar los 17.000 puntos. Se apreció, por tanto, casi un 20% desde aquel máximo en octubre de 2007 y lo hizo un 135% si la referencia es el momento en el que se tocó fondo.

El Nasdaq, el mercado de la nueva economía, experimentó un repunte incluso mayor, del 50% frente al nivel antes del desplome. Ahora el valor del índice con las empresas que lo componen roza los 4.500 puntos. También el rendimiento fue mucho mejor si la referencia es marzo de 2009, del 230%. Pero en su caso sigue un 13% por debajo del récord previo al estallido de la burbuja tecnológica, en marzo 2000.

El volumen de intercambio en el parqué es bajo desde que comenzó 2014

La Bolsa estadounidense ha ganado sin duda la carrera a muchas Bolsas europeas, como el Ibex español, que está a más del 48% del nivel precrisis, el CAC 40 francés, al 70% de su nivel máximo o el selectivo de Milán, un 50% por debajo. Sin embargo, está por ver que 2014 vaya a ser tan bueno para Wall Street como en los años previos. El arranque ha sido, de hecho, mediocre. El S&P 500 sube un 4% desde el primero de enero, mientras que el Dow Jones está prácticamente plano. El Nasdaq se coloca en medio al lograr ganar menos de un 2%. La digestión de los datos económicos y de los resultados corporativos es complicada, y eso lleva a que se arriesgue menos.

El inversor, por lo general, tiene dos miedos. Cuando los mercados suben muy rápido, la duda que se le plantea es si está llegando tarde. Cuando la tendencia es la opuesta, el temor es que el valor de sus activos se le vaya a pique. Por eso en la situación actual, el entusiasmo no es precisamente lo que domina en Wall Street pese a marcar un récord tras otro. Más bien prevalece la prudencia y eso provoca movimientos mínimos en los índices.

Cualquier detalle se analiza ahora al máximo, con sumo cuidado. La reciente oleada de fusiones y de estrenos bursátiles ayudaron a elevar los ánimos en el parqué durante las últimas semanas. Como dicen los analistas, es otra evidencia más de que la economía mejora pese al paso atrás que dio en el primer trimestre. Pero hay un miedo latente de que estos máximos sean un anticipo de que está por llegar una corrección.

Es lo que se vio en junio, agosto y octubre del año pasado, cuando la Reserva Federal empezó a lanzar el mensaje de que iba a recortar los estímulos. Pasó de nuevo en marzo, cuando las divisas de los mercados emergentes a reflejaron estas tensiones por el repliegue de la liquidez, que se inició en diciembre. La idea del banco central de EE UU es tener desmantelado el mecanismo de compra de deuda para este otoño.

El temor, por tanto, en Wall Street es que la marcha hacia la normalidad monetaria provoque una revaluación de los activos. Esta ausencia de volumen en los mercados y falta de volatilidad crea además aburrimiento entre los inversores. Pero lo que también es cierto es que todavía hay mucho dinero al margen de los mercados y mientras sigan los bajos tipos de interés y los bancos centrales se muestren cautos, eso da algo más de margen para subir.

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