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La Comisión Europea ve positivo el negocio de compartir los gastos del coche

Bla Bla Car y Uber fueron acusadas de competencia desleal por asociaciones de taxistas En ciudades como Bruselas, estos servicios de transporte alternativo ha sido prohibidos

Usuarios de Blablacar se encuentran en Madrid para compartir coche en un trayecto de larga distancia.
Usuarios de Blablacar se encuentran en Madrid para compartir coche en un trayecto de larga distancia.KIKE PARA

Compartir los gastos de viaje en recorridos de larga distancia, y en coches particulares, no debería poder ser prohibido. Así lo ve la Comisión Europea, que se ha mostrado favorable a que los servicios de transporte de este tipo sean permitidos. Empresas como la estadounidense Uber y la británica BlaBlaCar -que tanto en Epaña como en el mundo llevan meses en el ojo del huracán por las críticas de las asociaciones de taxistas y hoteleros, que las acusan de competencia desleal- resultan beneficiadas por esta visión. Su negocio está en el centro de la polémica, precisamente porque no existe legislación específica en torno a él. En otras ciudades europeas, como Bruselas, el funcionamiento de este tipo de empresas se ha prohibido.

El negocio de estas empresas consiste en poner en contacto a particulares, generalmente a través de un portal de Internet, que también está disponible como aplicación para el móvil, y ofrecerles la posibilidad de compartir gastos de viaje a quienes tienen el mismo destino y punto de origen. En BlaBlaCar, por ejemplo, si una persona viaja sola frecuentemente, tiene la opción de crearse un perfil y ofrecer las plazas disponibles de su coche a usuarios de la web. El precio variará según el destino, ya que lo que se cubre es el gasto en combustible. La plataforma se queda con un porcentaje del precio.

En todas las ciudades donde se ha puesto en marcha este tipo de negocios han surgido críticas. Los principales oponentes son los taxistas profesionales, que se quejan de que se trata de una actividad remunerada que se lleva a cabo en la sombra y por la que no se paga impuestos. Alegan, además, que no ofrece ninguna garantía a los clientes. Sin embargo, los usuarios de este tipo de páginas web argumentan que prefieren viajar de este modo porque, aparte de ser mucho más barato, aprovechan de proteger el medio ambiente, al evitar que los conductores viajen solos.

Las primeras reacciones de la decisión de la Comisión Europea se han generado en Bruselas. "No son taxis con licencia, son coches privados", se queja el secretario general de la asociación de taxistas belga GTL, Pierre Steenberghen, en declaraciones a la agencia Efe. "Tienen conductores privados, pero ganan dinero, así que deberían pagar impuestos".

Ryan Heath, portavoz comunitario de la Agenda Digital -estrategia de apoyo de la Comisión Europea para las iniciativas de crecimiento sostenible en tecnología digital- contesta a la misma agencia: "Nadie dice que los conductores de Uber no deban pagar impuestos", refiriéndose a una de las empresas que presta este tipo de servicios. "Deben respetar las normas y proteger a los consumidores. Pero prohibir Uber no les da la oportunidad de hacer las cosas bien". Y agrega que estos servicios, que son innovadores, entregan al público una variedad mayor a precios competitivos e impulsan el crecimiento económico y el empleo.

Tras enterarse de la prohibición de este tipo de servicios en Bruselas, la comisaria europea de Agenda Digital aseguró que estaba "indignada por la decisión" y consideró que no era un intento de "proteger o ayudar a los pasajeros, sino a un cartel de taxis".

BlaBlaCar y Uber exigen a los conductores que se unen a sus bases de datos que no tengan antecedentes penales y que mantengan sus coches en buenas condiciones. Además, es requisito para apuntarse tener un seguro, como mínimo, de responsabilidad a terceros. 

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