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Portugal dirá adiós a la troika sin tutelas este mes

El Ejecutivo admite que esta decisión conlleva riesgos

Antonio Jiménez Barca
El primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, en el momento en que anuncia la salida "limpia" del rescate
El primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, en el momento en que anuncia la salida "limpia" del rescateFrancisco Seco (AP)

Portugal despedirá a la troika el 17 de mayo sin la ayuda de un “rescate tutelado” y regresará por sus propios medios a los mercados, como lo hizo Irlanda. También España salió sin ayuda del rescate bancario. Durante los últimos meses se han sucedido los rumores y las teorías variadas sobre si el país podría (o le convendría) volver a depender por entero de sí mismo. El mismo presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, se había mostrado partidario de algún tipo de red financiera europea. Pero el primer ministro, el conservador Pedro Passos Coelho, disipó ayer las dudas en una alocución televisada: “Portugal saldrá sin ningún tipo de rescate tutelado. Es la mejor opción a esta altura y en estas circunstancias”.

Passos Coelho enfatizó que el próximo 17 “será un día de homenaje a todos los portugueses, más allá de los partidos, porque los portugueses son los que han conseguido esto”. “Esto” es, entre otras cosas, recuperar “a autonomía perdida”. El primer ministro añadió que Portugal dispone de financiación asegurada durante un año, lo que sirve de colchón económico frente a las adversidades y recordó que los intereses del bono portugués se encuentran en mínimos históricos, lo que garantiza un regreso tranquilo a los mercados.

Hoy, el bono luso a 10 años tiene un interés de un 3,6%, casi el mismo que Irlanda cuando despidió a la troika en diciembre y mucho menor que el imposible 10,6% que alcanzaba cuando Portugal pidió el rescate en abril de 2011. Passos Coelho recordó ese día: “El país estaba al borde de la bancarrota, sin financiamiento posible y a un paso de salir del euro”.

Han pasado casi tres años. Durante este tiempo se han llevado a cabo las inspecciones periódicas de la troika y las sucesivas y crecientes medidas de ajuste y de austeridad exigidas como contrapartida a los 78.000 millones de euros que el BCE, el FMI y el BCE prestaron al país. La oposición ha acusado a Passos Coelho de ir más allá de las exigencias de la troika y este siempre se ha defendido asegurando que tenía las manos atadas. Sea como fuere, los impuestos han subido brutalmente, las pagas extras de funcionarios y pensionistas se han volatilizado, el IVA ha escalado hasta más allá del 23% (la última subida se ha producido la semana pasada) y los servicios públicos se han resentido. Los expertos vaticinan que la salida de la troika no significa el fin de la austeridad, pero que constituye el primer paso.

El bono luso a 10 años cotiza al 3,6%, seis puntos menos que en abril de 2011

La forma de despedir a la troika es la más arriesgada. El semanario Expresso, en su edición del sábado hacía público extractos de un documento elaborado para consumo interno del Gobierno en el que se apuntaban las razones que abalaban la decisión. Entre ellas hay una clara: “Existe un factor incierto en este tipo de rescates blandos. No hay precedentes. Nadie sabe qué condicionalidad está asociada”. En otras palabras: no se sabe qué otras medidas de ajuste o de recortes iban a pedir Europa y el FMI a Portugal. Y añadía: "Si una línea de rescate blando funciona en el fondo como una red que se considera que no se va a tener que utilizar, ¿Para qué concretizar ya sus condiciones?".

Pero si es cierto que los intereses del bono portugués son bajos también lo es que cualquier vaivén financiero repercutirá en Portugal: “A la mínima señal de inestabilidad en Europa, corremos el riesgo de que los mercados se ceben con las víctimas de costumbre”, aseguraba el sábado un ministro a Expresso.

El FMI, por medio de un comunicado, se felicitó de la decisión de Portugal y aseguró que el país se encuentra ahora en “una posición fuerte para ir más allá en las reformas estructurales”. Pero quiso cubrirse las espaldas y añadió: “Aunque aún hay riesgos y desafíos”. También la Unión Europea, por medio de un comunicado del vicepresidente de la Comisión Europea Siim Kallas, quiso hacerse eco de la elección del Gobierno portugués: “La Unión Europea toma nota y apoyará a las autoridades y al pueblo portugués en esta soberana decisión”. Después recalcó algunos de los logros de la economía portuguesa: “En los últimos tres años, el déficit ha sido conseguido y el acceso a los mercados se ha conseguido remarcablemente”.

El pasado viernes, la troika dio el visto bueno a la duodécima y última inspección de las cuentas y las previsiones portuguesas y giró la última entrega del préstamo de 78.000 millones. A cambio le exigió una última subida de impuestos y la citada subida del IVA. Con todo, el viceprimer ministro portugués, Paulo Portas, resumió la situación con una frase: “Misión cumplida”.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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