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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Europa, China: polos opuestos

Los europeriféricos ya purgaron sus excesos financieros: ¿hasta dónde llega la burbuja asiática?

Xavier Vidal-Folch

La economía china sigue creciendo por encima del 7%, al 7,4%. Y desmiente un anunciado resbalón.

Registra una inflación algo superior a dos puntos: el 2,3% en el primer trimestre, aunque inferior al objetivo del 3,5%. Es justo el umbral de alza de precios, del 2%, al que al menos debería aspirar la Europa comunitaria. De iure, al que se obligó. Y su subinflación (mortecino crecimiento de los precios, al 0,5%) va de la mano con el estancamiento económico; de hecho, un crecimiento frágil: del 0,4% en el último trimestre de 2013, quizá de un 0,5% —coincidencia numérica azarosa — en el primer trimestre de 2014.

Parecería que esa atonía europea (más/menos 0,5%) y el crecimiento chino (del 7,4%) sean lo más contradictorio. En cifras es así, pero, atención a los milagros de las expectativas: un 7% es relativamente poco para China, que creció durante años al 9% y al 10%; aunque al apuntar ahora una décima más de lo previsto anime al mecado. Y por poco que se cumpla la prevista mejora europea será bastante: claro que casi nada para la gente, pero mucho para los expertos de lo macro.

¿Está operando la economía china un aterrizaje suave? ¿Hasta dónde? Es la pregunta del millón.

¿Está operando la economía china un aterrizaje suave? ¿Hasta dónde? Es la pregunta del millón.

Lo que sí sabemos es que durante un largo decenio ha generado un crecimiento que ha espoleado las exportaciones de materias primas de muchos países emergentes y pobres y ha estimulado la economía mundial. Ello le ha permitido acumular grandes reservas y convertirse en la práctica en el Tesoro externo de EE UU y, en buena parte, de la Unión Europea.

Este crecimiento se basó en un nuevo modo de producción asiático, manufacturero y vendedor, a imagen del Japón exportador de los años setenta. Sus réditos se han aplicado a la inversión, y ahora se orientan más al consumo interno.

Pero este crecimiento ha ido entreverado de una gran deuda de los municipios (1,58 billones de euros), de una burbuja anclada en lo inmobiliario y del despegue de una banca en la sombra desregulada y peligrosa, prestando al 15%: cierto que diez veces menor que la de EE UU.

La Europa periférica ya purgó sus burbujas. ¿Hasta dónde llega la china? Desde la casi quiebra —y rescate in extremis— del semibanco China Credit Trust, el pasado enero, crece la inquietud por un exceso de inflación de activos localizado en algunos sectores —como el inmobiliario—, el polo inverso a su depreciación y la deflación general.

Pero la experiencia nos enseña, desde la burbuja de los tulipanes holandeses en 1.637, la de los Mares del Sur en 1.720 y la de las constructoras españolas anteayer, que ninguna es sectorial, que todas son financieras, con apoyo en algún sector.

Burbuja: el vacío que crece infinitamente antes de estallar.

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