España roza el objetivo de déficit
El desfase presupuestario fue del 6,62% en 2013, una décima más de lo exigido por Bruselas La Administración central es la única que empeora su registro
Un estudiante que saca un 4,88 de nota en un examen, ¿aprueba o suspende? El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, aseguró este viernes que ha superado con éxito los deberes impuestos por Bruselas de rebajar el déficit público —el resultado entre gastos e ingresos—. Y eso, a pesar de que la Comisión Europea exigía para 2013 que el déficit estuviera por debajo del 6,5% del PIB durante 2013 y el Gobierno anunció este viernes que el desfase presupuestario ascendió al 6,62% del PIB (7,08% incluyendo las ayudas a la banca).
El Ejecutivo se mostró satisfecho de la contención del déficit porque “solo” supera en 12 centésimas el límite marcado por Bruselas para atajar la sangría de las cuentas públicas. El titular de Hacienda remarcó que “España en su conjunto ha cumplido los objetivos marcados”. Para sostenerlo explicó que cuando se termine de revisar el PIB para adaptarlo a la normativa de Eurostat —se adapta a las nuevas normas contables SEC 2010 aplicables a todos los Estados miembros—, la cifra se reducirá en 1,5 décimas, y el déficit quedará por debajo de la línea roja marcada por la Comisión.
Montoro, no obstante, considera que el objetivo de déficit no es una meta en sí misma, sino un camino para rebajar las necesidades de financiación de las Administraciones Públicas. “No muera usted por la décima. Muera por lo que significan esas cifras en términos de su efecto económico”, sentenció Montoro en una entrevista en EL PAÍS. En este sentido, el dato avanzado este viernes supone aumentar la deuda pública en unos 66.000 millones adicionales hasta situar la tasa de endeudamiento en el 94% del PIB. Esta tendencia mantiene la frenética escalada de la deuda que casi se ha triplicado desde que estalló la crisis.
La cifra de déficit registrada en 2013 es solo tres décimas inferior al del año anterior, cuando ascendió al 6,94% pese a los sucesivos recortes y subidas de impuestos. “Detrás de estas cifras están los esfuerzos de la sociedad”, concluyó Montoro. No obstante, hay que analizar el esfuerzo teniendo en cuenta que la economía se contrajo un 1,2% del PIB lo que retrae los ingresos públicos y espolea los gastos.
La alegría del Gobierno se diluye cuando se analiza el déficit desglosado por administraciones. La Administración central es la más incumplidora con diferencia. Registró un déficit del 4,5% frente al objetivo del 3,8%. Es la única administración que empeora sus cifras respecto al año anterior. La Seguridad Social presentó un desfase del 1% (la meta era del 1,4%). Montoro justificó que la desviación del Estado se debe a un aumento del presupuesto de la UE que corresponde a España, que supone 1.000 millones adicionales.
El ministro explicó que el Estado también asume parte del alza del gasto en pensiones y desempleo —pidió un crédito extraordinario de 6.000 millones para afrontarlo—. Estas partidas corresponden en realidad a la Seguridad Social y ponen de manifiesto los vasos comunicantes entre administraciones. En su conjunto, el déficit del Gobierno de Rajoy (Administración central más Seguridad Social) es superior al registrado por el Ejecutivo socialista de Zapatero en 2011.
El ministro rechazó que se haya aumentado el gasto público corriente e insistió en que ha habido un importante saneamiento de las cuentas públicas. Para excusar la desviación del Estado también aludió a un aumento del gasto del Ministerio de Fomento en casi 1.500 millones por obligaciones pendientes. “Todavía estamos pagando la herencia mediada la legislatura y no me atrevo a decir que en 2014 hayamos pagado todo”, argumentó. Pero los retoques para cuadrar las cifras han sido varios. Por un lado, el Ejecutivo aprobó el otoño pasado una nueva batería de impuestos valorada en 4.200 millones para compensar la caída de la recaudación. Además, tuvo que dar marcha atrás a una partida de 3.600 millones para compensar el déficit eléctrico y aprobó medidas para contener el gasto en pensiones. Entre las circunstancias que han jugado a favor ha estado el buen comportamiento de la prima de riesgo que rebajó los gastos financieros en cerca de 5.000 millones.
Además, los Ayuntamientos han registrado un superávit del 0,41% del PIB, el doble del año pasado. Las corporaciones locales tienen una estructura de ingresos más rígida que el resto de administraciones —el IBI siempre crece—: la pérdida de recaudación es menor y tienen más margen para ajustar los gastos. Las comunidades autónomas, por su parte, cerraron 2013 con un déficit del 1,54%, dos décimas por encima de su meta (1,3%), pero tres menos que en 2012. Las autonomías han mantenido los recortes en sanidad y educación y alzan las voces para reclamar una mejora del sistema de financiación para poder cuadrar las cuentas públicas.
El ministro también sacó pecho por la reducción en dos puntos del déficit primario —que excluye el gasto por intereses de la deuda—, uno de los que Bruselas más controla. Aunque el dato ofrecido por Montoro baste para contentar a Bruselas, la Comisión exige más medidas de ajuste para mantener el recorte del déficit. “Están en riesgo los objetivos de 2014. El Gobierno debería hacer un esfuerzo para cumplir al 100%”, señaló hace unos meses el comisario europeo, Olli Rehn.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.