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ENRIQUE GARCÍA / Presidente de la Corporación Andina de Fomento

“Los problemas en Panamá pueden dañar la imagen de España”

Alicia González
Enrique García, presidente de la Corporación Andina de Fomento
Enrique García, presidente de la Corporación Andina de FomentoLUIS SEVILLANO

En momentos de incertidumbre y de cambio, los Gobiernos y las instituciones de todo el mundo salen a buscar inversores, a convencerles de apostar por sus países o regiones para buscar rentabilidad. Es lo que ha hecho recientemente en Madrid Enrique García (La Paz, 1941), presidente de la Corporación Andina de Fomento, que intenta convencer a las empresas españolas de que renueven su interés por la región y apuesten también por proyectos novedosos. García tiene un diagnóstico claro para la región: más inversión, más comercio, más reformas. Ahora solo queda ponerlo en marcha.

Pregunta. No hay tema más candente, relacionado con América Latina, que el conflicto de la empresa española Sacyr con el Canal de Panamá. Ustedes también han puesto dinero en ese proyecto, ¿no?

Respuesta. Tenemos aprobados créditos de hasta 400 millones de dólares, pero hemos desembolsado menos de 100 millones por el momento. Estamos muy tranquilos porque el Canal ha sido siempre una institución muy seria y espero y confío en que las partes lleguen a un acuerdo.

P. ¿Puede ese conflicto afectar a la imagen de España y de sus empresas en la región?

R. Puede, definitivamente que puede, depende de cómo sea la solución. Sacyr es cliente de la corporación en otros proyectos, en otros países, por eso no queremos intervenir en el tema. Por eso nuestro mensaje es que lo conveniente para la imagen de todos es que se llegue a un entendimiento razonable, basado en los contratos y las realidades justificadas. Yo diría que se encontrará esa solución.

P. ¿Cómo puede afectar a la región el entorno que se perfila de menor liquidez y mayores tipos de interés?

R. Es verdad que, como región, tuvimos el viento de cola en los últimos años con el crecimiento de las economías asiáticas, particularmente China, y el impulso de las políticas monetarias, sobre todo de Estados Unidos, que ha permitido gran liquidez y bajos tipos de interés. Pero la región también ha aprendido de los errores de los años setenta y ochenta y ha acometido cambios importantes que debe profundizar. No puede estar satisfecha con un crecimiento del 3%-4%, tiene que optar por uno superior al 5%. Pero no cualquier crecimiento, sino uno menos dependiente de las materias primas y con más énfasis en la inversión, especialmente en infraestructuras, que debe duplicarse, en educación y en fortalecer las instituciones. Pero el frenazo en el crecimiento del último año no significa que la región esté afrontando una crisis, ni mucho menos. Tiene que ajustarse, es verdad, pero no hay mal que por bien no venga y quizá la bonanza de estos años ha provocado cierta complacencia.

“América Latina debe duplicar la inversión para crecer más del 5%”

P. ¿Duplicar la inversión en este momento es posible?

R. La liquidez que se está reduciendo es la de corto plazo, y lo que la región necesita es la liquidez a largo plazo, aunque es evidente que habrá una subida de las tasas de interés. Pero a diferencia de años anteriores, hay muchos países latinoamericanos con grado de inversión y, en consecuencia, van a seguir teniendo acceso a la financiación. El componente especial que buscamos es la inversión extranjera directa, no solo por su impacto financiero, sino por lo que puede suponer en términos de tecnología, de innovación, creatividad, creación de cadenas productivas… El principal receptor de inversión extranjera en el mundo es China y no necesita precisamente recursos financieros.

P. ¿Percibe en sus reuniones que todavía se mantiene el interés por la región?

R. Desde luego que hay interés, en unos países más que en otros. Lo que hay que cambiar es que ese interés no esté solo tan concentrado como lo está actualmente en sectores relacionados con la minería y el petróleo, y lo que queremos es una inversión con mayor valor agregado. Para ello es fundamental fortalecer los procesos de integración regional. En América Latina, el comercio intrarregional es del 17%, frente al 65% de Europa o el 45% de Asia. Es un elemento que puede resultar atractivo para el inversor extranjero que invierta en un país, porque le permitiría exportar la producción que haga en un país al resto de la región. El objetivo es que el comercio de la región en los próximos 10 o 15 años por lo menos se duplique.

P. Dado el creciente papel de China en la región, ¿no han pensado abrir el capital a otros países?

R. Invitar a otro país, no. Tenemos una excelente relación con muchos países, también con China, pero no como miembros. La decisión de mantener a la Corporación como una entidad multilateral regional fue una decisión geopolítica. Somos el único multilateral regional en el mundo que es propiedad de los países emergentes, un 97% del capital, y eso crea una lealtad y un compromiso muy diferente. Se accedió a dar entrada en el capital a España y Portugal por la naturaleza de un compromiso iberoamericano, pero eso es todo.

“Nosotros somos el banquero que saca el paraguas cuando llueve”

P. ¿Han empezado a sentir en carne propia esa mayor desconfianza de los inversores hacia los emergentes?

R. Al contrario. La CAF es uno de los emisores más fiables y atractivos, tiene categoría de inversión doble A y en este año ya llevamos 12 emisiones de deuda de la Corporación. De hecho, estamos logrando una sobredemanda en relación al objetivo de colocación y los tipos de interés han aumentado, pero son muy satisfactorios.

P. ¿Cuál es la aportación de la Corporación a la inversión regional?

R. El año pasado aprobamos proyectos por 12.000 millones de dólares, aunque de esa cantidad lo que hemos desembolsado son aproximadamente unos 8.000 millones. En total, el balance de CAF en este momento, el capital más las reservas, es de unos 8.000 millones de dólares, pero el conjunto de los activos de la Corporación ronda los 30.000 millones. La mora en este momento es cero, nunca ha habido un país que haya suspendido pagos y las aportaciones puntuales de capital de sus socios son en efectivo, no promesas. Por eso somos una institución tan fiable.

P. ¿Y al revés, cómo ha afectado la crisis a su actividad en la región?

R. En los años especialmente de crisis nosotros cumplimos un rol muy importante en la región. Somos el banquero que saca el paraguas cuando llueve, porque cuando hay sol no se necesita paraguas. Siempre les hemos prestado a los países en crisis. No hay ni un solo país que haya pedido prestado a la CAF y la CAF no le haya prestado, ni la Corporación se ha retrasado en sus desembolsos. Por eso queremos seguir siendo una entidad de propiedad regional.

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Sobre la firma

Alicia González
Editorialista de EL PAÍS. Especialista en relaciones internacionales, geopolítica y economía, ha cubierto reuniones del FMI, de la OMC o el Foro de Davos. Ha trabajado en Gaceta de los Negocios, en comunicación del Ministerio de Economía (donde participó en la introducción del euro), Cinco Días, CNN+ y Cuatro.

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