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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Un inicio alentador

En lo que llevamos de 2014, la rentabilidad de la deuda pública y privada ha caído en toda la periferia

El ejercicio ha comenzado con una apuesta decidida de los inversores por los activos con más riesgo, en especial en los países de la periferia europea, que lideran con claridad las ganancias en renta fija y en renta variable. Aunque la dirección es similar a la de la mayor parte de 2013, la intensidad del movimiento es destacable, y permite albergar esperanzas de una reducción adicional de la aún elevada fragmentación existente en los mercados financieros de la Unión Monetaria Europea (UME), y de la que el sesgo doméstico en las decisiones de inversión ha sido su mayor exponente.

A pesar de que los avances logrados en el proceso de unión bancaria no desactivan por completo el bucle entre bancos y soberanos, la positiva evolución macroeconómica reciente de las economías de la periferia y la expectativa de permanencia de tipos de interés a corto plazo en niveles muy reducidos han reforzado la búsqueda de rentabilidades en activos con mayor perfil de riesgo.

Así, en lo que llevamos de 2014 hemos asistido a una caída generalizada y muy sustancial en las rentabilidades del mercado de la deuda pública y privada de emisores periféricos. La caída de costes de financiación, que en el caso del Tesoro español lleva al diferencial frente a la deuda alemana a 10 años a mínimos desde 2011 y a la rentabilidad del bono a 5 años a mínimos desde la primavera de 2005, está siendo paralela a un aumento del ritmo de colocación de deuda en el mercado. En los últimos días los Tesoros de España, Portugal e Irlanda han realizado emisiones de deuda a medio y largo plazo por volúmenes muy relevantes, volviendo a demostrar su capacidad de acceso al mercado de capitales. Especialmente significativo es el retorno de Portugal al mercado con una emisión de deuda a 10 años, cuya buena aceptación es sin duda clave a la hora de afrontar las negociaciones de salida del actual programa de rescate.

Pero la fuerte actividad emisora de deuda no ha sido exclusiva para los emisores soberanos: los bancos de la periferia han aprovechado también la coyuntura para salir al mercado. El hecho de que Bankia y BMN, entidades hasta ahora “tabú” para los inversores, hayan conseguido emitir deuda a costes muy razonables, apunta a la definitiva de la vuelta de la confianza de los inversores hacia la economía española.

Dos apuntes adicionales. La demanda en estas emisiones de deuda bancaria ha sido tan superior a la oferta, que ha permitido que su coste final se situara bastante por debajo de los niveles anunciados de inicio. No hay mejor reflejo del apetito inversor que esta métrica, que ha obligado a prorratear agresivamente la adjudicación de títulos entre los inversores. Por otro lado, el origen de la demanda, mayoritariamente extranjera y con un creciente peso de inversores de países centroeuropeos (aunque aún alejado de niveles previos a la crisis), permite albergar esperanzas de una continuidad en la reducción de la fragmentación aún presente en el seno de la UME.

Sin duda, un comienzo de año alentador.

José Manuel Amor y Miguel Arregui son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Afi)

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