“Seremos agresivos para asegurarnos que las obras del Canal siguen”
El administrador de la Autoridad panameña, Jorge Quijano, valora alternativas al paro de Sacyr
El panameño Jorge Quijano, administrador de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), se reafirma en la línea de firmeza exhibida por la agencia estatal desde que Grupos Unidos por el Canal (GUPC) lanzara su ultimátum de Año Nuevo: el consorcio que lidera la española Sacyr amenaza con suspender el grueso de la obras de ampliación de la vía interoceánica si la ACP no asume que ha habido hasta 1.200 millones de euros en sobrecostes. En la entrevista telefónica, Quijano advierte que la exigua documentación enviada por GUPC no es suficiente para cambiar las condiciones económicas. “Si creen que vamos a sentarnos a negociar por una carta están bien equivocados, exigimos que se cumpla el contrato”, afirma.
Quijano, que asumió el cargo en septiembre de 2012, exigió a GUPC que sustente sus exigencias antes de abrir negociación alguna. Reveló también que evalúa “mecanismos” junto a la aseguradora del proyecto para que el impacto de la paralización con la que amenaza el consorcio —integrado por Sacyr, la italiana Impregli, la belga Jan de Nul y la panameña Constructora Urbana— “sea mínimo”.
La ampliación de la centenaria vía, iniciada en 2007, permitirá el paso de buques de mayor capacidad. Desde 2009, las obras se han concentrado en la parte principal, presupuestadas en 2.300 millones de euros. La promesa inicial era concluir en octubre próximo, pero luego se reprogramó a junio de 2015. Una promesa pendiente ahora de las discrepancias sobre el coste de la obra, polémica en la que la ministra española de Fomento, Ana Pastor, que llegará a Panama en la noche del domingo al lunes, intentará mediar.
Pregunta. ¿Cuál será el impacto de la exigencia del consorcio en la ampliación del Canal?
Respuesta. Este es un proyecto muy grande y no esperamos que todo sea normal. Lo que vemos es que en estos próximos días la empresa tiene que adjuntar información adicional a la carta del 30 de diciembre, que nos pone el 19 de enero como fecha tope para la solución. Ellos tienen que aportar más información, porque la información que nos han dado es una carta de dos páginas y si ellos piensan que por una carta de dos páginas vamos a reaccionar y sentarnos a negociar algo sin sustento, están bien equivocados. Exigimos que se cumpla con el contrato, ellos y nosotros.
P. ¿Cree que esta exigencia pasará a una fase de arbitraje, y se prolongará?
R. Hemos sido fieles al contrato. Podemos llegar a acuerdos bilaterales o en otras dos instancias, con presencia de terceros. Si la resolución es contra la ACP, pagamos como ya lo hemos venido haciendo. La intención de suspensión de trabajo es del consorcio, que dice que hemos fallado en no pagarles a tiempo o la totalidad de facturas y esas son cosas que rechazamos. Desde un principio pagamos nuestras cuentas al día. El contrato permite 56 días para pagar y en el último año y medio hemos pagado a los 15, 16, 17 días y hablamos de 80 o 90 millones de dólares mensuales que el Canal ha pagado religiosamente, para que el contratista tenga flujo de caja y siga con la obra. Si ellos tienen la razón, el Canal jamás ha dicho que rehúsa pagar. El contrato está sumamente blindado y ni el Canal ni el contratista pueden abusar.
P. ¿A qué parte le corresponde el próximo paso?
R. El próximo paso es de ellos, o siguen o no con la obra. Si no siguen, tendríamos que ver cuales mecanismos utilizamos para que se ponga a andar de nuevo y ya los estamos analizando.
P. ¿Qué mecanismos?
R. Haremos una reunión con Zürich América, aseguradora del proyecto, para conocer su posición en esto que ha generado el Grupo. Veníamos hablando con la aseguradora desde noviembre por si acaso se daba algo como esto. Hay que ver qué tan rápido puede trabajar Zürich con nosotros para asegurar que cualquier paro de obra sea mínimo y se pueda seguir adelante, sea en manos de terceros o en manos de la ACP.
P. ¿Cree que detrás de la amenaza de suspensión hay problemas financieros del Grupo?
R. No quisiera especular. En todos nuestros contratos, los contratistas deben ejecutar la obra y poner reclamos paralelos y algunos se resuelven a favor y otros en contra. No estamos ventilando que lo que está detrás [del conflicto] es una situación financiera de las empresas, porque pienso que, comparativamente, unas son más sólidas que otras. Sacyr ha ganado varias obras en Chile, Colombia y en otros lugares, y lo mismo Impregilo. Problemas de acceso a fondos no deben de tener para poder, por el momento, dar los fondos necesarios para seguir adelante con la obra mientras sustentan sus reclamos ante la ACP.
P. ¿Teme que realmente se paralicen las obras?
R. Todo va a depender de los próximos pasos junto con la aseguradora. Estamos esperando que ellos justifiquen cada uno de esos cargos, para evaluarlos y ver si tiene algún mérito, cosa que, de salida, no los tiene, pero vamos a darle otra vuelta.
P. ¿De qué dispone la aseguradora?
R. Hay 600 millones de dólares en manos de Zürich y tenemos que adoptar próximas acciones. Lo que puedo decir es que no nos vamos a quedar aquí esperando a que siga el tiempo y nosotros sin reaccionar. Estamos preparados a que, en caso de que se dé un paro al final del 19 o el 20 de enero, ser un poco agresivos para asegurarnos de que la obra se sigue lo más pronto posible y tratar de terminarla lo más cerca al plan que se tenía de junio de 2015. Con un paro va a haber algunos retrasos adicionales, pero esperamos ser lo suficientemente ágil, junto con Zürich, para que en el peor de los casos poder retomar la obra y terminarla. El avance de la construcción de las esclusas estaba ya a 65% a finales de diciembre.
P. ¿Es optimista de lograr un arreglo?
R. Ojalá pudiera tener una bola de cristal y decir que soy optimista, que se pueda arreglar. Espero que tengan la sabiduría de que de verdad lo que más conviene es echar adelante la obra, terminarla.
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