_
_
_
_

El derecho a la ciudad, frente al derecho a una vivienda

Hay una relación directa entre medio urbano y bienestar social

"Ciudades, una ecuación imposible", es el título de un libro que ha coordinado el profesor Jordi Borja. Editado por Icaria, pertenece a la colección Antracyt que tiene como finalidad fomentar el debate; en este caso, sobre la ciudad y contando con la aportación de casi una veintena de expertos. El capítulo del profesor de la UOC parte de que hay una relación directa entre medio urbano y derechos sociales. Y reivindica el derecho a la ciudad frente al caos urbano de las grandes áreas urbanizadas, barrios cerrados o marginales, atomización social, insostenibilidad ambiental...

Un caos del que es responsable intelectual un capitalismo financiero desregulado y un entorno político y económico que ha hecho de la urbanización especulativa su forma principal de acumulación. La transición del capitalismo industrial al financiero ha usado la urbanización (infraestructuras de movilidad y servicios básicos, boom inmobiliario y especulación el suelo) en favor de procesos de acumulación y concentración de capital cuyos beneficios (privados) se volatilizan mientras que los costes sociales se multiplican.

"Tenemos derecho a la ciudad, no solo a una vivienda digna porque ésta, en barrios cerrados, de clases media, alta o baja, genera un déficit de ciudadanía. La ciudad es integradora y creativa cuando hay mezcla de actividad y vivienda. Hacer viviendas con movilidad reducida, sin acceso fácil e inmediato a una centralidad... es convertir al habitante en un no-ciudadano o un ciudadano con de derechos reducidos.

"Vivimos en un mundo que tiende a universalizar la urbanización y a la vez pone en cuestión la ciudad como un ámbito de libertad, de integración social, de derechos reconocidos y de progreso. Desarrollar el derecho a la ciudad es una de las grandes tareas intelectuales y políticas de este momento histórico", escribe.

Como concepto, el derecho a la ciudad sirve para evaluar la evolución de las ciudades y la calidad democrática de las políticas públicas y como movilizador. Su importancia reside en que plantea una crítica radical y global a los modelos de desarrollo urbano dominantes y concibe las demandas y aspiraciones sociales como un todo.

Los medios de comunicación también reciben su ración de crítica. A su juicio, harían bien en hablar de ventajas y potencialidades de la vida urbana porque "enfatizar problemas genera una impresión falsa y refuerza el fatalismo de los excluidos, pero es inútil. A los periodistas y especialmente a los que ponen los titulares, les gusta dramatizar la realidad. Destacan la criminalidad, los niños abandonados, las familias sin casa o la extrema pobreza...". El debate está abierto...

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_