A Ávila se le enciende la bombilla

Algunos de los lugares más monumentales de Ávila, como el lienzo norte de la muralla, las puertas de la misma, el palacio de los Verdugo o la plaza de la Santa, aparecerán iluminadas con unos tonos diferenciados y cálidos para resaltar su carácter emblemático. Pero no se trata de una iniciativa puramente ornamental. La ciudad encara una profunda renovación de su sistema de iluminación en el que cuentan los criterios estéticos, pero sobre todo el energético y el medioambiental.

Porque, además de la nueva luminaria en estas zonas, está previsto que para primavera se haya sustituido la gran mayoría de las lámparas de la ciudad. El cambio, que combina lámparas de vapor de sodio de alta prestación y tecnología led, permitirá ahorrar hasta un 65% en emisiones de CO2 , según explica Ignacio Muñoz, director técnico del departamento de mantenimiento de Eulen, una de las empresas que se adjudicaron el contrato de suministro. “El objetivo es pasar de emitir 3.760 toneladas anuales de CO2 a las 1.410 toneladas”, expone Muñoz. En colaboración con Philips, Eulen sustituirá hasta 13.000 puntos de luz en el término municipal. La mitad de ellos utilizará la tecnología led, y tres tipos de luz distinguirán las áreas de la ciudad: led blanco cálido para el casco antiguo, led blanco neutro para las zonas nuevas y sodio de alta presión para viales de acceso, polígonos y barrios anexados. Ambas compañías, que ya llevan cerca de dos meses trabajando, adelantarán la inversión. El plan del Consistorio es cubrir esa cantidad con los ahorros que se esperan en el consumo de energía del sistema —de entre un 40% y un 60%— en los próximos 12 años.

“Será un cambio de imagen completo de la ciudad”, explica el alcalde, Miguel Ángel García Nieto, del Partido Popular. El regidor abulense está convencido de que este proyecto marcará “un antes y un después”. La oposición, formada por PSOE e IU, rechazó el proyecto porque apostaban porque el Ayuntamiento siguiera manteniendo el servicio en lugar de externalizarlo.

García Vega defiende que no es una reforma más del mobiliario urbano, sino que se trata de un cambio más profundo. Muñoz, de Eulen, apunta que además de modernizar el sistema y reducir emisiones y consumo, también busca atraer a la gente a Ávila. “No se trata solo de cambiar bombillas”, asegura. El representante de la empresa destaca las opciones que dará la nueva iluminación de las zonas monumentales, que permitirá jugar con intensidades, ráfagas y distintos colores.

Desde el Ayuntamiento lo presentan como un paso más en un esfuerzo por hacer de Ávila una “ciudad inteligente”. Entre otras cosas, se abrirá una plataforma web para que los ciudadanos puedan alertar de los fallos en el alumbrado público, se instalarán contadores de CO2 y toda la red se supervisará desde un centro de control gracias a la tecnología AmpLight que proporciona Philips. Este sistema permitirá conocer los consumos de cada cuadro de mandos, así como la marcha de las obras de renovación. La implantación comenzará en el casco histórico, es decir, todas las calles que estén dentro de la muralla, y se continuará en círculos concéntricos hasta llegar a los barrios y polígonos.

El alcalde insiste en encuadrar este cambio en una apuesta mayor por la sostenibilidad. Indica que se están introduciendo vehículos híbridos en la flota municipal, incorporando puntos de recarga para vehículos eléctricos e incluso impulsando un minisalto de presa para generar energía.

Los técnicos están en pleno proceso de instalación, para el que tienen de plazo hasta primavera. Algo más de cinco meses para que Ávila luzca distinta y para que sus monumentos lo noten en estética y en contaminación.