Un edificio de Madrid con nota
De cómo una torre de 11 plantas cambiará de E a B en su certificado energético
"Podemos vivir en un edificio de referencia de la arquitectura del siglo XXI gracias a la rehabilitación eficiente". David Arias habla con mucha pasión de un proyecto que va a suponer un antes y un después de su vivienda. La comunidad de vecinos en la que vive ha sido seleccionada en el concurso Madrid Renove, una iniciativa del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) dentro del proyecto Madrid Think Tank para realizar una rehabilitación integral energética. "Se trata de una torre de 11 plantas construida en 1967. El certificado energético le da una calificación de la letra E, que podría llegar a ser una letra B", explica Pilar Pereda, secretaria de la junta de gobierno del COAM.
Un Renove energético para los hoteles
Siguiendo el mismo modelo del Madrid Renove, el COAM trabaja en una iniciativa similar para los hoteles. La mayoría del terciario-hotelero tiene una calificación energética de E o F, por lo que hay gran potencial de mejora. Esta semana se abrirá un concurso para elegir dos establecimientos de tamaño medio (cien habitaciones): uno en el centro de la ciudad y otro en la periferia. Cadenas como Aire, NH, Room Mate o Sheraton y la Asociacón Hotelera de Madrid asistieron a la presentación del proyecto, para el que el COAM va a firmar un convenio con el Instituto Tecnológico Hotelero (ITH). "El objetivo en la rehabilitación de hoteles es llegar a un consumo de energía casi nulo con una renovable integral como la geotermia", reta Pilar Pereda, del COAM. Esto es, un consumo menor o igual a 50 Kw/metro cuadrado/año. Esta iniciativa se apoya en el Plan Pima SOL del Ministerio de Medio Ambiente —compra el ahorro de emisiones a siete euros la tonelada de CO2—, que exige subir dos letras la certificación o al menos alcanzar la B. Será la segunda de una serie de iniciativas –en 2014 lanzarán Madrid Renove Tu Municipio, con la Federación de Municipios de Madrid– que buscan "un efecto viral para extender la rehabilitación a toda la ciudad", afirma Pereda.
Mejorar la envolvente, instalar un aislamiento térmico exterior de 8 centímetros, cambiar los vidrios y marcos por otros de PVC, sustituir la caldera por otra de última generación o incorporar una instalación solar térmica para el agua caliente son algunas de las medidas que podrían llevarse a cabo para que este edificio madrileño, ubicado en el esquinazo del paseo de la Ermita del Santo con la avenida del Manzanares, sea un buque insignia. "Es un prototipo para que la ciudadanía entienda que una rehabilitación integral energética no es fácil, pero sí posible y accesible, social y económicamente", añade Pereda. Integral porque se mejora el edificio como unidad, "huyendo de la mal denominada rehabilitación energética con ayudas parciales para sustituir equipos o ventanas que no han resuelto en absoluto el problema de ahorro de energía. El reto que tenemos que asumir es el del consumo de energía casi nulo", añade esta arquitecta.
El proyecto Madrid Renove es además un ejemplo de colaboración público-privada, apoyado por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE), el Ayuntamiento y la Comunidad madrileños y el Ministerio de Fomento, y por empresas como Gas Natural, Orona, Saint-Gobain, Fernández Molina Obras y Servicios, Grupo Lledó y la Fundación ONCE.
Todo empezó el pasado septiembre, cuando los 46 vecinos de esta torre —44 propietarios y 2 locales— organizaron una junta extraordinaria: "Solo en el primer semestre habíamos gastado en calefacción lo mismo que en todo 2012, unos 26.000 euros. Esta y la portería representan el 70% de los gastos de comunidad", explica Arias. Arquitecto técnico-ingeniero de edificación, se había enterado de la iniciativa del COAM y la introdujo como orden del día con un propósito: convencer al resto de que el proyecto mejoraría el confort de la vivienda y, de paso, ahorrarían. "Que el vecino de la fachada norte y el de la sur [la torre tiene cuatro orientaciones] estemos a gusto y paguemos proporcionalmente, algo que hoy no sucede", explica este representante vecinal del proyecto que califica de "toda una aventura".
Uno de los requisitos para ser la comunidad de propietarios elegida era contar con el apoyo unánime de los vecinos —"solo hay un par que se oponen", aclara Arias—, y la pregunta que se hacen todos es cuánto les va a costar en tiempo y en dinero. La semana que viene se abrirá un concurso de ideas arquitectónicas para buscar la mejor solución, lo que marcará el plan económico y la envergadura final de la obra.
La idea es que las obras duren unos nueve meses y a principios de 2015 esté todo terminado. Y a falta de conocer la letra pequeña, Pilar Pereda estima que la inversión total —sin cerramiento de terrazas— ronde el millón de euros, de los que en torno al 40%-50% correría a cargo de los vecinos vía préstamos. Este porcentaje podría reducirse si se suman los descuentos de los patrocinadores.
Madrid Renove tiene como ventaja que se financia con ayudas públicas a la rehabilitación energética —subvenciones del IDAE y del Proyecto CLIMA de compra de emisiones de CO2 de Medio Ambiente—. Así, el primero ha abierto una línea de 125 millones de euros para mejora de la eficiencia energética, distribuidos a partes iguales en cuatro partidas: una, para la envolvente térmica, con un 30% a fondo perdido y hasta el 90% con un préstamo reembolsable a euríbor + 0 [se requiere un aval del 20%] a 12 años; otra partida es para las instalaciones térmicas y de iluminación, y otras dos, para sustitución de energía convencional por biomasa o geotermia, con préstamos reembolsables. "El objetivo es que, entre ayudas y otras formas de financiación, consigamos que la cuota salga por poco más de los 150 euros que pagamos ahora. Y si además logramos publicidad permanente en el edificio, puede incluso reducirse", asegura Arias.
Balance de la certificación energética en Madrid
Desde que se puso en marcha la certificación energética el uno de junio de este año, la Consejería de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid ha tramitado 89.700 certificados. No llega al 1% las que obtienen las máximas calificaciones A y B (0,17% y 0,81%, respectivamente). Solo el 4,4% obtiene la letra C y el 15% la D. Algo más de la mitad, el 50,5% responden a la letra E; el 11,6% a la F y el 17,2% a la G, con lo que el 80% se concentra en las tres calificaciones inferiores.
Fuentes de la Consejería explican que: "en las inspecciones se comprueba primero que el técnico que emite el certificado de eficiencia energética del edificio o parte de edificio tiene la titulación correspondiente, de arquitecto o ingeniero. Posteriormente, se realiza una visita a las instalaciones para contrastar los datos del edificio y sus instalaciones. Y finalmente, se introducen estos datos en los programas informáticos para verificar que la calificación energética es la adecuada".
Las inspecciones las lleva a cabo la Dirección General Industria con un equipo de 13 ingenieros industriales que se ocupan también otros temas de seguridad industrial.
Si detectan deficiencias o irregularidades, hacen los requerimientos para su subsanación. Si lo que descubren son infracciones tipificadas, abren expediente sancionador. Hasta el momento han abierto uno por alteración de datos para mejorar de forma fraudulenta la calificación energética.
Hay un segundo caso, explican en la Consejería, de falsificación de firma y suplantación del técnico, en que parece haberse producido un delito y está proporcionando información a la Policía.
El tiempo máximo de tramitación de los expedientes sancionadores es de seis meses y la cuantía de las sanciones, -reguladas por la ley de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas- va de 300 a 6.000 euros.
La Dirección General de Industria alerta de la importancia de recurrir a profesionales con garantía, ya que "la masiva implantación de este procedimiento está dando lugar a que se hagan ofertas a bajos precios, que pueden no llevar a cabo la certificación con todos los requisitos necesarios". Advertidos estamos.
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