La troika considera que Grecia aún tiene reformas pendientes
Los acreedores del país heleno estudian los esfuerzos realizados por el Gobierno de cara a un tercer rescate en 2014
Desde el inicio de la crisis, el Gobierno griego ha aplicado un sinfín de recortes que son el precio a pagar por ser un país rescatado: despido de funcionarios, rebajas de sueldo a los empleados públicos, reducción de las pensiones, etcétera. Los ciudadanos son hoy un 40% más pobres que en 2008, y el país ha alcanzado un paro del 27%, vivido cinco huelgas generales, manifestaciones multitudinarias, tres elecciones parlamentarias y el auge inquietante de Aurora Dorada, un partido de ultraderecha violento y xenófobo.
Este martes, sin embargo, la llamada troika —Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional— ha afirmado en un comunicado que el Gobierno tiene que llevar a cabo más reformas. “Se han realizado buenos avances, pero algunas cuestiones siguen pendientes. Las conversaciones seguirán desde nuestras respectivas sedes”, reza su comunicado.
Los acreedores internacionales de Grecia, que han prestado 240.000 millones de euros al país desde 2010, han estado en Atenas para analizar los esfuerzos realizados por el Ejecutivo para alcanzar sus objetivos de déficit. Ahora, el Gobierno deberá seguir aplicando la receta de la troika si pretende conseguir el desembolso de otros 1.000 millones de euros al país.
El Ejecutivo de Antonis Samarás y los representantes de la troika, que regresarán a Atenas en diciembre, llevan meses discutiendo la necesidad o no de llevar a cabo una nueva oleada de recortes presupuestarios en 2014.
Los acreedores comenzaron las conversaciones sobre la base de que el país se enfrenta a un agujero de financiación que podría ascender hasta 2.900 millones de euros, lo que haría necesarios sacrificios adicionales. Las autoridades griegas estimaban, por su parte, que no superaría los 500 millones.
Sin embargo, el Gobierno heleno ha presentado en los últimos días un programa de ahorro de 1.300 millones de euros en el que no se incluirían recortes salariales o de pensiones generalizados, sino que estaría basado en medidas de ahorro de carácter estructural.
El primer ministro griego, Andonis Samarás, ha expresado en numerosas ocasiones su oposición a aplicar más recortes en el país, una línea roja que se resiste a cruzar para evitar que aumente la tensión social. "Estamos al corriente y somos dolorosamente conscientes de lo difícil que ha sido el proceso de ajustes para los ciudadanos griegos", aseguró este martes el vicepresidente de la Comisión Europea, Oli Rehn.
La finalización de la actual revisión del programa griego es una condición previa para que la troika den su visto bueno al desembolso de un nuevo tramo de 1.000 millones de euros para Grecia.
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