Solbes: “El ‘modelo Zapatero’ complicó la gestión de la política económica”
El exvicepresidente insiste en que el rechazo a su plan contra la crisis motivó su salida en 2009
“Nos equivocamos”. Pedro Solbes, vicepresidente económico en el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, concluyó este martes así la presentación ante la prensa de su libro Recuerdos (Deusto). Solbes se refería al impacto de problemas larvados durante años, como el alto endeudamiento privado o la burbuja inmobiliaria. El exvicepresidente se consideró “corresponsable de la política económica de ese periodo”, marcado por la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008. Pero, al mismo tiempo, no dudó en marcar distancias con Zapatero.
Solbes enfatizó que esas diferencias empezaron ya en la primera legislatura (2004-2007), cuando detectó que el “modelo por el que optaba Zapatero, en el que él se colocaba como árbitro de las peticiones de todos los ministros, complicaba la gestión de la política económica”. El exvicepresidente contrastó esa forma de actuar con el “modelo [Olof] Palme”, en alusión a la idea formulada por el ex primer ministro sueco, de que “el presidente debe formar una coalición con su ministro de Economía ante el resto de ministros, cuya función es gastar”, una idea en la que se apoyó otro expresidente socialista, Felipe González, en cuyo Gobierno también participó Solbes.
Como ya hiciera este domingo en una entrevista con EL PAÍS, Solbes se mostró “arrepentido” de haberse presentado a las elecciones en 2008. Y trató de explicar porqué ahora, en Recuerdos, revela que en los últimos meses de aquel año, tuvo la certeza de que sobrevenía “una recesión profunda” o que buena parte de las cajas afrontaban serios problemas, mientras en público lanzaba mensajes más optimistas. “Una cosa es el análisis interno, y otra como se presentan al público, con el ánimo de no preocupar más de lo necesario”, dijo.
Contrato único
Solbes insistió en que, en enero de 2009, presentó un informe a Zapatero con varias propuestas para salir de la crisis, entre las que cita promover un nuevo contrato con indemnización creciente (similar al llamado contrato único que impulsan fundaciones como Fedea) o las cláusulas de descuelgue (como hizo luego la reforma laboral del PP). “Si estábamos de acuerdo en las medidas a adoptar, estaba dispuesto a quedarme, pero en otro caso prefería marcharme”, dice en Recuerdos, donde asegura que, tras el rechazo de Zapatero, le quedó claro que iba a ser cesado, como ocurrió en abril de 2009.
Colaboradores de Zapatero, el lunes en El Mundo, y el martes en La Sexta, aseguran que el presidente no recuerda la propuesta y que no hay constancia del documento en los archivos. “Existe, aunque mi decisión es no publicarlo”, terció el exvicepresidente. Zapatero, que también presenta un libro de memorias, El dilema, la próxima semana, ya sabe por qué le van a preguntar.
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