AENA planea exigir a los accionistas de referencia permanecer tres años
Fomento diseña la puja para evitar ofertas infladas en la privatización Los aeropuertos españoles batirán este año su récord de viajeros internacionales
El Ministerio de Fomento quiere que el núcleo duro de accionistas que controle AENA tras su privatización sea estable. El proyecto de privatización del gestor de los aeropuertos españoles prevé que uno de los criterios que puntúe para entrar en el capital como accionista de referencia sea el periodo de permanencia al que se comprometa el inversor, pero además exigirá un mínimo. El plan es que ese mínimo sea de tres años, según fuentes conocedoras del proceso. La decisión definitiva se tomará tras hablar con los inversores potenciales.
El objetivo de lograr compromisos de permanencia muy amplios entre los accionistas de referencia es evitar la especulación a corto plazo, según las mismas fuentes.
El Gobierno ha optado por un modelo de privatización para AENA que le permita hacer caja para reducir su elevada deuda y mantener el control. El Estado se quedará con el 40% y venderá el 60% restante en dos tramos: primero colocará el 30% del capital entre tres y cinco inversores de referencia para crear un núcleo duro (cada uno de ellos tendría entre el 5% y el 10% del capital). En segundo lugar, sacará a Bolsa el 30% del capital restante.
El principal criterio para elegir las ofertas de los accionistas del núcleo duro será el precio. Pero eso conlleva un problema, dado que el precio que ofrezcan no será el que paguen al final, porque está previsto que se les aplique el mismo que se fije para los inversores institucionales de la oferta pública de venta (OPV) inicial que seguirá a la selección de los inversores de referencia. Así, podría suceder que los interesados en entrar en el núcleo duro presentaran ofertas infladas, completamente irreales, sabedores de que no tendrán que pagarlas.
Para tratar de evitar ese problema, Fomento está trabajando en un pliego en el que la puntuación deje de aumentar a partir de precios que se consideren irreales. Fuentes del mercado consideran que una valoración de los activos de 10 a 12 veces el resultado bruto de explotación (Ebitda, unos 1.360 millones en 2012) es la que puede servir de referencia. Aun así, es posible que los interesados se vayan en bloque al precio que dé una puntuación máxima, con lo que serían los otros criterios —cantidad de acciones solicitada, periodo de permanencia, etcétera— los que decidirían la puja. En todo caso, las ofertas pueden ser útiles para fijar el precio de la salida a Bolsa.
Operación en primavera
Al diseñar un núcleo duro de accionistas, el Ejecutivo de Mariano Rajoy quiere evitar que su primera privatización, con la que espera recaudar unos 7.000 millones de euros, sea un fiasco. Fuentes del mercado consideran que el momento más propicio para una colocación puede ser en la próxima primavera, con lo que el proceso tendría que lanzarse sin mucha demora. Lanzar la privatización más tarde podría ser complicado por la cercanía de la precampaña de las elecciones municipales y autonómicas de 2015.
La privatización llega en un momento bastante complicado para AENA. El ente arrastra una deuda de 12.500 millones y se enfrenta a la caída de pasajeros (un 7,5% este año, según las previsiones). Además, para financiar las cuantiosas inversiones realizadas en la última década, como la nueva terminal de Barajas, ha subido las tasas aeroportuarias, lo que ha desatado las críticas de las aerolíneas, que afirman que se ha traducido en una caída de pasajeros y, por tanto, de ingresos.
Tanto en Fomento como en AENA consideran que la caída de la demanda interna por la crisis económica y la competencia del tren de alta velocidad, que además ha bajado sus tarifas, son las principales causas del descenso del tráfico aéreo. Pero conceden poca importancia a la subida de tasas. Otro factor que consideran importante es que Iberia Express, la aerolínea de bajo coste de Iberia, haya detenido su crecimiento debido al conflicto laboral entre la matriz y los pilotos.
Pese a la caída del tráfico, AENA no prevé el cierre de aeropuertos, según fuentes del mercado. El ente espera batir este año el récord de pasajeros internacionales: entre 128 y 129 millones, por encima del anterior récord, en 2007, con 120 millones de pasajeros internacionales.
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