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Un casco inteligente para la mina

El equipo de seguridad ideado por Presistem será utilizado en 14 países

Darío García ideó el casco equipado con sensores que da seguridad al minero.
Darío García ideó el casco equipado con sensores que da seguridad al minero.P. V.

La pasada semana, los medios de comunicación anunciaban la tragedia: seis muertos por un escape de gas en una mina de León. Mientras esto ocurría, 787 kilómetros más al sur, en Huelva, se trabajaba en algo que podría haber salvado esas vidas. Se trata del Angelhelmet, o, como señala Darío García, su creador, “un casco que queremos se convierta en el ángel de la guarda del minero, de ahí el nombre”.

Fundador y director general de la empresa Presistem, Darío explica que el casco lleva incorporados diez sensores, “la competencia tan solo incorpora uno o dos”. Cada uno de los dispositivos realiza mediciones sobre el entorno del minero 1.000 veces cada segundo. “Empezamos por la implementación de un dispositivo de localización, al que luego se fueron añadiendo un sensor de gases, que avisa al minero en caso de detectar una fuga; un sensor de impacto, por si le cae algo en la cabeza, que el mismo casco envíe una alarma fuera para que puedan auxiliarlo; un botón de socorro que el minero puede pulsar si le ocurre algo, y un sensor de movimiento, que registra si se ha quedado parado mucho tiempo en el mismo sitio, debido, por ejemplo, a un desmayo”, desgrana.

Además, este casco, cuyo nombre técnico es casco electrónico de seguridad integral (CESI), puede llevar un módulo que permite enviar mensajes desde el cuarto de control de la mina hasta el trabajador. “El minero recibe el mensaje en su propio casco a través de un aviso lumínico o por vibración. Así, el propio minero también podría responder a través de su Angelhelmet, puesto que está equipado con una pequeña pantalla y un dispositivo de mensajes de respuesta predeterminada”. El diseño de Presistem fue nombrado producto más innovador en Exponor 2013, en Chile, “la feria más importante del sector”, dice.

Perfil y proyectos

Darío García estudió FP en la rama de electricidad y se licenció como ingeniero en la Universidad de Huelva. Fundó la empresa que se encargaba del mantenimiento de comunicaciones en la mina de Aguas Teñidas, en Almonaster la Real (Huelva).

Presistem pretende vender el Angelhelmet en todas las zonas mineras del mundo. Además, pretende hacer evoluciones del casco para otros oficios como construcción, puertos, inspección de galerías…

Este empresario y emprendedor sabe de lo que habla cuando de necesidades de seguridad en la mina se trata. “Durante tres años estuve trabajando en el mantenimiento de los sistemas de comunicación en las galerías de Minas de Aguas Teñidas, en Almonaster la Real (Huelva). He bajado muchas veces a la mina, así que me considero un minero más. Desgraciadamente, tuve que vivir de cerca dos accidentes. Trabajando allí me preguntaba cómo hemos podido poner un hombre en la luna y, al tiempo, somos prácticamente incapaces de comunicarnos con una persona que baja a 500 metros de profundidad”.

Tras mantener tormentas de ideas con el personal de seguridad de la mina “sobre lo que necesitaba un minero para sentirse a salvo y poder trabajar sin riesgo, vimos que era importante que estuviera permanentemente localizado. Primero diseñamos un cinturón, pero resultó muy aparatoso, no servía. Al final vimos que, si el casco acompañaba al minero durante toda su jornada en la mina, cualquier solución que diéramos tenía que estar precisamente ahí, en el casco”.

El empresario decidió dejarlo todo para centrarse en lo que hoy es Angelhelmet. “Puse todos mis ahorros, y, al final, en el desarrollo completo del proyecto acabamos invirtiendo unos 300.000 euros. Poco a poco hemos ido recogiendo el fruto de nuestro esfuerzo”. Después de aparecer en revistas mineras de Chile, México y Perú, Presistem ha firmando pruebas piloto de su casco en 14 países.

Darío es un empresario con una marcada conciencia social. “Creemos que lo justo es que la sociedad se beneficie de lo que pueda llegar a ser nuestra empresa. Por eso decidimos mantener el proceso de diseño y fabricación del casco en Andalucía. Por eso, aunque ya nos han avisado de que no hay ayudas públicas para ello, vamos a ocupar a discapacitados, a los que daremos un curso remunerado, en nuestra planta de ensamblaje de Huelva”.

El emprendedor comenzó su carrera con 25 años (“Nadie daba un duro por mí. Me decían que estaba loco por dejar mi trabajo para estudiar”) y acabó con siete matrículas de honor y un premio al mejor expediente académico de Huelva. Además, como proyecto fin de carrera, desarrolló un coche todoterreno que se conducía solo y que fue catalogado entre los seis mejores de España.

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