Los bancos españoles devuelven al BCE 44.000 millones de una tacada
Las entidades, más saneadas, reintegran antes de tiempo el dinero de la barra libre La banca europea pretende recuperar su reputación devolviendo el miércoles 137.000 millones
Llegó el momento de que la banca devuelva al BCE los favores prestados. El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, se inventó hace poco más de un año la barra libre de liquidez al sector financiero —un diluvio de un billón de euros a coste prácticamente cero y a devolver en cómodos plazos— cuando parecía que todo se iba al garete. Tras unos meses de tranquilidad, la crisis volvió por sus fueros el pasado verano, esta vez por el flanco de la deuda pública: entonces, Draghi se sacó de la chistera 14 palabras (“el BCE está listo para hacer lo que sea necesario; y, créanme, será suficiente”) y los especuladores huyeron como conejos. El periodo de relativa calma que empezó entonces persiste a día de hoy. Y llega la hora de devolver el regalo: los bancos se aprestan a hacerlo a toda velocidad, incluso antes de tiempo, porque están más sanos y porque necesitan poner de manifiesto en los mercados esa mala salud de hierro.
El Eurobanco desveló la semana pasada que las entidades europeas se apresuran a reintegrar el dinero de la barra libre: el miércoles, el primer día que se abre la ventanilla para eso, 278 bancos pretenden devolver algo más de 137.000 millones de euros. Fuentes europeas y fuentes próximas al BCE explicaron a este diario que la banca española reembolsará 44.000 millones, un tercio de la cifra total.
Esa cifra tiene varias lecturas. En ambos casos, y en especial en el de una banca española que ha sido objeto de un rescate europeo y de un zarandeo continuo en los mercados, los analistas interpretan los datos como una excelente señal. Como una muestra de confianza; una vuelta a una relativa normalidad. Aunque al menos una parte de esa política sea en realidad una peligrosa señal al mercado, fruto del empeño por salir bien en la foto, según fuentes financieras.
Todo suma: los bancos emiten deuda, los depósitos crecen, los inversores empiezan a volver
Los bancos vuelven a emitir deuda en los mercados con cierta naturalidad. Los depósitos vuelven a crecer. Y, alejada ya aquella situación de emergencia que llevó a Draghi a anunciar la barra libre de un billón de euros, los grandes inversores vuelven paulatinamente a Europa, incluso a los países periféricos. Todo suma: incluso los reguladores han dado un respiro adicional al sector, con la flexibilización de los criterios de capital para el sistema financiero, pese a aquel brindis al sol del expresidente francés Nicolas Sarkozy en un G-20 que prometía refundar el capitalismo. “Los mercados se han reabierto, pero la cifra que devuelven los bancos europeos, y en especial los españoles, sorprende: aún es necesario un colchón de liquidez por si las cosas tuercen. Las entidades están mejor, pero buscan también no quedar estigmatizadas”, sostiene desde Londres Antonio García Pascual, de Barclays Capital. “Es un dato positivo porque indica que todo va mejor. Pero genera dudas: más allá del efecto sobre la reputación de los bancos, puede que algunas entidades se apresuren demasiado en un entorno en el que las ventanas de liquidez pueden volver a cerrarse y en todo caso van a ser más caras que la financiación del BCE”, abunda Emilio Ontiveros, presidente de AFI. Los analistas afirman que pueden surgir dos efectos negativos. Uno: puede volver la presión sobre la prima de riesgo si la banca decide vender deuda pública para reingresar el dinero en el BCE. Y dos: la reducción de los colchones de liquidez afectará al crédito, lo que complica la salida de la recesión.
Ajenos a todo eso, los principales bancos españoles se apresuran a mandar mensajes al mercado: Banco Popular —que se ha visto obligado a ampliar capital recientemente— adelantó ayer que devolverá 1.300 millones de los 17.000 que pidió al BCE en las dos subastas. Sabadell y Bankinter han asegurado que reintegrarán cifras similares, y BBVA tiene previsto reembolsar entre enero y febrero una parte sustancial de los 22.000 millones que solicitó.
El BCE abrió esa ventanilla a plazos inéditos y a tasas imposibles de igualar hace poco más de un año en parte para deshacer el lío en los mercados, en parte para apuntalar las cuentas de resultados de las entidades y para dar aire a la deuda pública, y en parte para que la banca diera más crédito. Desató el nudo en las Bolsas y en los mercados de deuda, pero el propio Draghi ha reconocido que el segundo objetivo —que la banca preste— solo se ha conseguido parcialmente. O ni eso: el crédito a las empresas cayó el año pasado 70.000 millones (con los últimos datos disponibles, hasta noviembre), y el crédito a las familias, en 20.000 millones. Esa es una de las lecciones de esta crisis: hay una realidad para los banqueros, y otra para el resto de los mortales.
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