La negociación de convenios cae al mínimo tras la reforma laboral
Trabajadores y empresarios solo han acordado 1.113 pactos hasta junio
La negociación colectiva pasa por su peor momento. Desde que comenzó la crisis, a sindicatos y empresarios les cuesta mucho ponerse de acuerdo para pactar convenios colectivos. Pero lo que está sucediendo en 2012 supera lo visto hasta ahora. Hasta junio apenas se han pactado 1.113 convenios, el dato más bajo de la serie histórica que arranca en 1981, según el Ministerio de Empleo. También caen los trabajadores amparados por convenios, 2,9 millones, desde 1994 no se veía un número tan bajo.
El año comenzó con buenos augurios para los convenios. Poco antes de acabar 2011, los sindicatos mayoritarios y la patronal CEOE llegaron a un acuerdo para desbloquear la negociación colectiva pendiente de años anteriores. Y en enero pactaron recomendar la congelación de salarios en 2012 y 2013, la inclusión de árbitros para resolver los conflictos laborales y mantener la jerarquía de los convenios sectoriales sobre los firmados en las empresas. Pero apenas unos días después la reforma laboral cambió el escenario: invirtió la jerarquía de los convenios pactada y, sobre todo, limitó la prórroga de los convenios caducados, hasta ahora indefinida, a dos años (el trámite parlamentario lo redujo a uno).
“Se está juntando la agudización de la crisis y la reforma”, explica el secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, “allí donde la patronal no quiere tener convenio, la negociación no avanza. Sin embargo, hay sitios donde se ha pactado mantener la ultraactividad [la prórroga indefinida]”.
Las crisis y las reformas —sobre todo las impuestas sin pacto entre sindicatos y empresarios— suelen frenar la negociación colectiva. La serie histórica lo demuestra. En 1994 la crisis de los noventa estaba en su momento álgido y el Gobierno de Felipe González impulsó una reforma profunda de los convenios sin contar con la opinión de los agentes sociales.
Tampoco ha jugado a favor de la firma y renovación de convenios la incertidumbre intrínseca a todo trámite parlamentario. Y esta —con la reducción de la prórroga a un año— afecta más a los convenios no renovados que a los nuevos. Según un informe interno de UGT, en junio había 292 convenios que afectan a más de 500 trabajadores pendientes de renovar. Para ellos, con la publicación de la reforma laboral definitiva en el BOE el pasado 7 de julio, comenzó una cuenta atrás que acabará justo un año después, cuando se agotará la prórroga.
La tesis del Ministerio de Empleo dice que la limitación a un año de esta prórroga no tiene por qué afectar a las negociaciones. Según sus cálculos, el plazo medio en el que se pactan los convenios nuevos es de siete meses. Y además esgrime que cuando un convenio decae, no solo pierde el trabajador, también lo hace el empresario: un convenio prorrogado no tiene vigente su código disciplinario ni la actualización de tablas salariales. “Una empresa sin convenio es ingobernable”, ha declarado el director general de Empleo, Xavier Thibault.
Lo que también ratifican las cifras de la negociación de convenios es su lentitud a la hora de adaptarse a la coyuntura. Pese a la recesión y la recrudecida destrucción de empleo, los salarios pactados subían hasta junio un 1,83% (poco menos que los precios, 1,9%). No obstante, hay que tener en cuenta que ese aumento medio se debe al incremento pactado en los convenios con una vigencia superior al año (1,98%). En los convenios nuevos firmados en 2012 (211), la subida queda en el 0,98%.
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