Merkel condiciona el rescate a la reforma del sistema bancario español
La canciller alemana asegura que la situación de España difiere de la de Grecia, Portugal e Irlanda
La canciller alemana, Angela Merkel, ha recordado esta tarde que el rescate europeo de los bancos españoles “estará, por supuesto, sujeto a condiciones”, aunque restringidas al sistema bancario. Según ha explicado, España tendrá que usar estos fondos para “reestructurar su sistema financiero y que éste pueda sobrevivir en el futuro”, por lo que ha destacado que "las condiciones se diferencian de las que deben cumplir los otros países rescatados", que han recibido la asistencia a cambio de un programa completo de reformas macroeconómicas.
Merkel ha explicado que le parece “correcto que España haya pedido ayuda para la recapitalización de sus bancos” porque “este problema no es el resultado de las reformas actuales, sino de una burbuja inmobiliaria de 10 años”. Los mecanismos de solidaridad europeos “se diseñaron para casos en los que un Estado no pueda cargar por si solo con lastres así de graves”, ha recordado.
Merkel ha asegurado que la situación de España es diferente de la de Grecia, Portugal e Irlanda
Además, la canciller ha insistido en su propuesta de avanzar en la integración europea. Una Europa en la que “siempre esté garantizado que la responsabilidad común y el control conjunto vayan siempre de la mano”. "No puede ser —ha dicho— que se pongan en común las deudas y garantías sin que compartamos la vigilancia”.
En un acto público organizado en un céntrico hotel berlinés por el Consejo Económico de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) que ella preside, la jefa del Gobierno alemán se ha dicho dispuesta a ceder el control bancario a instituciones de la Unión Europea. Merkel se ha mostrado distendida en el inicio de su discurso ante los democristianos, en el que ha bromeado sobre sus dificultades para pronunciar el nombre del ministro de Hacienda de Singapur, Tharman Shanmugaratnam.
Asimismo, ha tenido palabras de apoyo para “los esfuerzos” de Portugal, Irlanda y España. A los griegos, que este fin de semana elegirán un nuevo Gobierno que podría rechazar las condiciones de austeridad impuestas por Europa y el Fondo Monetario Internacional (FMI), les ha advertido de que “la cuestión no es solo si les sale bien o no [aplicar el programa], la cuestión es si se cumplen o no los compromisos”. Se trata, según el discurso duro que mantiene el Gobierno alemán, de una cuestión de principios que bordea la razón de Estado para Alemania.
Su arenga griega ha arrancado un aplauso encendido y espontáneo entre la concurrencia. Merkel ha explicado que “no es que [Alemania] no sea solidaria, sino que aspira a que Europa conserve su papel en la economía mundial y no se marginalice y se haga insignificante”. Aquí ha retomado su mantra de la competitividad. Según ha repetido, “nada garantiza a nadie un papel preponderante en el mundo”, que solo se logra “con trabajo duro”.
Para Merkel, “Europa ha hecho mucho para lograrlo, ha superado la guerra fría y la división”. Ahora, dice, es necesario avanzar en la integración. “Sería fatal que, justo cuando algunos socios empiezan a dar pasos en la dirección correcta, nos quedemos a mitad de camino”, ha resaltado tras celebrar las reformas llevadas a cabo en España. Para rechazar la propuesta de eurobonos que planteo el presidente francés, François Hollande, Merkel ha asegurado que “ya hubo algo parecido a los eurobonos durante diez años, en los que la deuda de todos los socios se valoraba igual”.
Este período de intereses bajos, unido al dinero que llegaba de los fondos estructurales, “erosionó la competitividad e incentivo los desequilibrios”. En este punto ha pedido a los presentes que recuerden “la burbuja inmobiliaria española”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.