Italia teme el posible contagio del recelo sobre España

Italia no se siente todavía a salvo. Desde el pasado mes de marzo, Mario Monti viene expresando en público y en privado su miedo al contagio español. Una nota de Moody's le acaba de dar la razón: "Los problemas del sistema bancario español son en gran parte específicos del país y probablemente no representan un motivo importante de contagio para otros países, excepto para Italia". Tampoco el gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco, las tiene todas consigo: "La emergencia aún no ha terminado", ha dicho.

Mario Monti, en las antípodas éticas y estéticas de Silvio Berlusconi, prefiere guardar un respetuoso silencio ante el delicado trance de España y sus bancos, aunque no hace falta escarbar mucho en su entorno para encontrar satisfacción y temor a partes iguales. Satisfacción porque para el jefe de Gobierno italiano —elegido expresamente por Europa y los mercados para remediar el desbarajuste— hubiese sido un trance especialmente doloroso tener que pedir auxilio a la manera que finalmente lo ha tenido que hacer Mariano Rajoy. Y de temor porque, como se ha encargado de advertir Ignazio Visco, aún se está muy lejos de poder cantar victoria.

Es más, el análisis de Visco —expresado en una reunión en Venecia del Consejo para las Relaciones entre EE UU e Italia— es pesimista: "Las previsiones sobre la economía europea y global son desalentadoras, así como lo son las condiciones de los mercados financieros. Con Grecia, que políticamente está en punto muerto, y las graves dificultades en el sector bancario español, las tensiones han vuelto y las primas de riesgo de las deudas soberanas han aumentado". Aunque sin referirse específicamente a Italia, el gobernador del Banco de Italia —que sustituyó el pasado mes de octubre a Mario Draghi tras su marcha al Banco Central Europeo (BCE)— añadió: "Una nueva ralentización global añadiría más riesgos a un sistema financiero ya frágil". Monti, que además de primer ministro ostenta la cartera de Economía, participó en la teleconferencia desde Milán.

El jefe del Gobierno, que no acudirá al partido de la Eurocopa en Gdansk y por tanto no coincidirá con Rajoy, tampoco ha querido por el momento analizar el rescate español hasta que no lo haya hecho su colega español y los responsables europeos. No obstante, es conocida la preocupación del primer ministro tecnócrata porque, de seguir degradándose, la situación financiera de España pueda terminar por contagiar a Italia. De hecho, el 24 de marzo pasado, y solo unos días después de recibir a Rajoy en Roma, Monti advirtió sobre el asunto: "España está dando a toda Europa motivos de preocupación. No hace falta mucho para recrear fenómenos que, a través del contagio, nos pueden afectar a nosotros". Un temor que aún no ha desaparecido y que no solo advierte Monti. Una nota de Moody’s señala que la situación de España y Grecia "podría llevar a una revisión del rating de muchos países de la zona euro". Y añade: "Los problemas del sistema bancario español son en gran parte específicos del país y probablemente no representan un motivo importante de contagio para otros países, excepto para Italia".

Como contrapunto, las palabras del ministro para el Desarrollo, Corrado Passera: "Italia ya ha pasado la etapa más peligrosa. Conseguiremos seguir adelante". Después de los durísimos ajustes puestos en marcha nada más llegar, que han sido aplaudidos por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y no demasiado contestados, el Gobierno está intentando sacar un paquete de medidas para el crecimiento, si bien cada día encuentra menos apoyo en los partidos de derecha e izquierda que, pese a todo, siguen sosteniendo al Ejecutivo tecnócrata.