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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Con nervios y al rescate

La lógica interna sugiere que no se toma una decisión tan importante en una teleconferencia

Juan Ignacio Crespo

Según informan medios de comunicación internacionales, España podría solicitar el rescate bancario durante este fin de semana. Una teleconferencia entre los ministros de economía y hacienda de los países de la Eurozona sería suficiente para presentar la solicitud para utilizar parte de los fondos de que puede disponer el fondo de estabilidad europeo (EFSF por las siglas de European Financial Stability Facility y que a partir de 1 de julio será sustituido por el ESM o European Stability Mechanism).

No es la primera vez que se informa de un eventual rescate de España que, por ahora, aún no se ha producido. Quizá el más espectacular de esos falsos rescates se produjo hace dos años por estas fechas cuando, con motivo de la presencia en Madrid del entonces director del FMI, Dominique Strauss-Kahn, no menos de 200 medios de comunicación de todo el mundo enviaron corresponsales a Madrid para cubrir el acontecimiento: supuestamente la entrevista del director del FMI con el presidente Zapatero se iba a aprovechar para anunciar la intervención de la economía española. Como todo el mundo sabe, esa intervención no se produjo.

Ante una información como esta, quien no tiene información secreta debe preguntarse por su lógica interna y así evaluar si la toma en serio. El miércoles de esta misma semana el diario financiero más influyente del mundo (el Financial Times) anunciaba en su web que se iba a producir una intervención coordinada de los principales bancos centrales de todo el mundo. La información carecía de lógica interna: cuando los bancos centrales intervienen coordinadamente es o para apoyar a una moneda o para suministrar liquidez. Pero liquidez parece ser que es lo que sobra en estos momentos: los bancos de la Eurozona tienen depositados casi 800.000 millones de euros en el BCE y la banca de los EEUU acumulan un exceso de reservas en la Reserva Federal de un billón y medio de dólares. En cuanto a las monedas, ninguna parece necesitada de ayuda, como no fuera el yen, para debilitarlo. La intervención coordinada de los bancos anunciada nunca se produjo.

¿Pasará lo mismo esta vez?. La lógica interna de la información lo primero que sugiere es esto: no se toma (o se comunica) una decisión tan importante en una teleconferencia o videoconferencia. Tampoco parece que estén resueltos los problemas de legalidad, sobre si los estatutos del EFSF le autorizan a prestar dinero directamente al FROB, que parece ser la vía que el gobierno preferiría si llegara la ocasión de pedir ayuda externa para los bancos españoles. Ni que se hubieran aceptado las exigencias del gobierno de una condicionalidad light (es decir, que las condiciones que se impusieran a España no implicaran una imposición de nuevas medidas de política fiscal u otras; ni de vigilancia de cerca de lo que el gobierno hiciera) sino solo de vigilancia exterior de los bancos que recibieran la inyección de capital con fondos del EFSF. Y así sucesivamente. Visto hoy parece todo muy precipitado: ni el FMI ni los consultores externos han dado a conocer sus respectivas cifras de las necesidades de capital de los bancos españoles. Solo las elecciones griegas del 17 de junio podrían aconsejar una acción precipitada y preventiva.

Tampoco los mercados están dando señales de estrés excesivas, si se exceptúa la prima de riesgo. Ni de contagio: el índice del miedo está en 22 y cuando Lehman Brothers subió a 90. No hay pánico ni ventas masivas.

Nunca se sabe lo que puede ocurrir, por improbable que parezca, pero algunos medios de comunicación, internacionales y prestigiosos, están dando muestras de un nerviosismo descontrolado que ni siquiera se corresponde con el de los mercados, que es el que se supone que debería provocar el suyo. Como si la mano se hubiese independizado del cuerpo. O las ansias de anticipar el futuro hubieran terminado por provocar el que se hable de éste como si ya fuera pasado. Todo esto debería conducir a la reflexión. Aunque nunca se sabe.

Juan Ignacio Crespo es analista financiero. Autor del libro 'Las dos Próximas Recesiones'

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