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El Gobierno esquiva a los mercados al inyectar deuda pública en Bankia

La ayuda no se paga en efectivo sino con títulos del Estado. El BCE será el que acabe dando la liquidez La estrategia intenta evitar un rescate europeo. Aumentar deuda por la puerta de atrás entraña grandes riesgos, según los expertos

Miguel Jiménez
Jose Ignacio Goirigolzarri durante la rueda de prensa.
Jose Ignacio Goirigolzarri durante la rueda de prensa.A. H. (AP)

El Gobierno sacará una bala de la recámara para pagar el saneamiento del sector financiero, empezando por el grupo de Bankia. El Ejecutivo planea inyectar directamente deuda pública en el balance de Banco Financiero y de Ahorros (BFA). Con ello, evita tener que colocar la deuda en los mercados para lograr efectivo que inyectar en BFA. La capacidad de endeudarse por esta vía es mucho mayor y puede evitar tener que recurrir a fondos europeos para recapitalizar el sector. Pero esa estrategia de aumentar la deuda por la puerta de atrás entraña grandes riesgos, según los expertos.

Hasta ahora, para financiar los rescates de entidades, el Estado —o el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB)— colocaba deuda en los mercados entre inversores. A continuación, usaba el efectivo que recibía para inyectar en los bancos. Pero con la prima de riesgo disparada a sus niveles más altos desde que existe el euro, captar dinero en el mercado es difícil y caro. Así que el Gobierno ha decidido saltarse los mercados.

El Gobierno viene pensando en esa estrategia desde hace semanas. En el decreto de la segunda reforma financiera de este año, el Gobierno modificó un artículo de la ley del FROB para poder usar la inyección directa de deuda no solo en entidades individuales, sino también para apoyar fusiones.

Pero ha sido el rescate de Bankia el que ha precipitado los planes. Sus necesidades son de 19.000 millones adicionales y el FROB solo cuenta con 5.400 millones de liquidez, de los que tiene comprometidos 1.000 millones para el Banco de Valencia. Así que, en lugar de pagar el rescate en efectivo, suscribirá las nuevas acciones de BFA entregando a cambio títulos de deuda emitidos por el Tesoro o por el propio FROB.

BFA se encontrará en su activo con miles de millones de nuevos títulos de deuda pública. Para convertirlos en liquidez puede usarlos como garantía en operaciones interbancarias, directamente acudir con ellos al Banco Central Europeo para lograr efectivo o, en el peor de los casos, venderlos en el mercado. De modo indirecto, el Gobierno endosa al BCE la financiación del rescate de Bankia.

El Gobierno no tiene máquina de fabricar dinero, pero sí de fabricar deuda. Y con este mecanismo no necesita siquiera que los inversores se la compren. La gran ventaja es que la disponibilidad de fondos con este método son enormes. En caso de necesitarlo, el Estado puede aumentar deuda pública por esta vía por 50.000 o 60.000 millones (5 o 6 puntos del PIB), cifras en que algunos analistas sitúan las necesidades de recapitalización del sector financiero español, sin pasar por el mercado y sin llevar la ratio de deuda pública sobre PIB a niveles superiores a países de nuestro entorno como Francia o Italia. En ese sentido, se convierte en una alternativa al rescate del sector financiero con fondos europeos.

Pero no todo son ventajas. Para empezar, el incremento de la deuda pública se produce. Además, este aumento de la deuda por la puerta de atrás puede provocar recelos en los inversores, penalizar la deuda en circulación y dificultar la financiación del Tesoro. Los expertos consultados creen que ese tipo de soluciones heterodoxas pueden provocar desconfianza en España, en especial por el círculo vicioso entre riesgo bancario y riesgo soberano que perciben los inversores.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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