Bankia, Catalunya y Novagalicia crearían el mayor banco de España

Nadie sabe qué vale nada, ni siquiera lo que vale uno mismo. Ese es el desbarajuste en el que se encuentra el sector financiero español: hay varias fusiones en marcha, que se pactaron con unas reglas de juego diferentes de las actuales; dos firmas internacionales van a realizar auditorías que pueden cambiar el valor de los activos; y nadie descarta que el Gobierno apruebe nuevas normativas con más exigencias para cubrir posibles impagos de créditos.

Todos estos cambios, precipitados a raíz de la nacionalización de Bankia a primeros de mayo, han causado tal desconcierto que las subastas previstas para otras tres entidades ya rescatadas —Catalunyacaixa, Novagalicia Banco y Banco de Valencia— corren peligro. Según fuentes financieras, el Gobierno contempla la posibilidad de aplazar estos procesos o, directamente, cancelarlos y unir las entidades en un grupo de capital público, que acumularía la mayor cartera crediticia de la banca española. Bankia, Catalunyacaixa y Novagalicia Banco sumarían más de 476.000 millones en activos y 281.000 en créditos. “Ya ve, un liberal que le habla de banca pública...”, ironizaba el ministro de Economía, Luis de Guindos, el miércoles por la noche en el Congreso de los Diputados.

Las subastas de la entidad catalana y la gallega se plantearon antes del rescate de Bankia y antes de los dos decretos del Gobierno del PP que han aumentado la exigencia de provisiones a la banca (de febrero y mayo). También ha cambiado radicalmente el escenario la decisión de someter al sector bancario al examen de varias firmas internacionales, que ofrecerán sus resultados en junio. “¿Cómo vas a hacer una subasta así, si no sabes qué valor tendrá lo que se vende, ni siquiera lo que vas a valer tú?”, se preguntaba ayer un profesional del sector. En la misma línea, otra fuente de una entidad defendía que lo lógico es que se aplace la subasta, pero considera que no tiene tanto sentido una integración: “Es costoso y no ofrece grandes ventajas”. La situación de interinidad en el Banco de España tampoco ayuda. El gobernador, Miguel Fernández Ordóñez, está a punto de culminar su mandato, muy criticado desde el PP.

Economía sostiene que siguen adelante las subastas de Catalunyacaixa y Novagalicia Banco y que, “si no se dan las condiciones adecuadas, todas las opciones están abiertas”. Dada la incertidumbre del sector y lo hostil de los mercados, fuentes financieras explican que la subasta puede resultar inviable y el Ejecutivo prefiera esperar mejores tiempos para la privatización de los grupos rescatados. “Tenemos una nueva situación, que ha sido la nacionalización de Bankia, y eso te abre nuevas posibilidades de actuación, de combinación, de análisis y, en última instancia, de lo que está pretendiendo que es el saneamiento del sistema financiero español”, admitió el ministro tras comparecer en el Congreso.

Pero fuentes financieras apuntan a que también el proceso de subasta de Banco de Valencia, de tamaño muy inferior a las anteriores, está paralizado y podría pasar a integrarse en el paraguas de BFA-Bankia, informa Ignacio Zafra. Sería, en la práctica, el retorno al estatus anterior, porque Banco de Valencia dependía de Bancaja antes de fusionarse con Caja Madrid y crear Bankia.

Todo está abierto. Guindos también se plantea unir a entidades que puedan resultar nacionalizadas en el futuro. Y es que el refuerzo en provisiones que reclama el Ejecutivo puede llevar a pedir auxilio público a otras cajas. Entre los saneamientos exigidos en febrero y los de mayo son 84.000 millones adicionales los que el sector financiero tendrá que provisionar con el fin de proteger de posibles impagos el 45% de los créditos ligados a la promoción inmobiliaria.

Los resultados que se desprendan de las auditorías que realizarán las firmas Roland Berger y Oliver Wyman a los balances de toda la banca española —que se esperan para el mes que viene— resultarán claves para desencallar en proceso. También los trabajos de las consultoras que deben evaluar la posible morosidad oculta en el sector marcarán las necesidades del sector. El mapa financiero, por tanto, está por dibujarse aún.