Ni paro, ni déficit, ni crecimiento

Del mismo modo que los Presupuestos Generales del Estado 2012 tuvieron un postpresupuesto casi inmediato, compuesto por 10.000 millones de euros de recortes en sanidad y educación, la reforma financiera del PP de principios de año ha sido complementada por una contrarreforma dos meses después, dada la inanidad de la primera. ¿Generará crédito para las familias y empresas, que es el único objeto social que justifica la existencia de la banca? ¿Ello significa que dadas las espantosas cifras de paro puede haber otra reforma laboral más “extremadamente agresiva” que la anterior? Los datos, las actitudes, las declaraciones, indican una forma de gobernar a golpes de improvisación, por mucho que el presidente de Gobierno diga que sabe lo que tiene que hacer y que lo va a hacer.

Mientras aquí centrábamos la atención en el conjunto del sistema financiero, con especial atención a Bankia, su cuarta entidad por tamaño, la Comisión Europea (CE) presentaba sus previsiones de primavera, que son una enmienda a la totalidad a la política económica española: va a continuar aumentando el paro, no se conseguirán los porcentajes de déficit público comprometidos y nuestro país será el único de la UE que a finales del año que viene seguirá en recesión, incluyendo en la medición a Grecia y Portugal.

No se creará ni un sólo empleo neto en la legislatura: datos del Gobierno.

El verdadero factor diferencial de nuestro país respecto a la treintena de los de la OCDE es el porcentaje de paro. Veamos lo que dice sobre su evolución tanto el Gobierno como la CE. Al final de 2011, el desempleo ascendía al 21,6% de la población activa; ésta es la terrible herencia socialista. El cuadro macroeconómico oficial indica que este año se añadirán al ejército de reserva 630.000 personas. Yen el Programa de Estabilidad 2012-2015, presentado por el Ejecutivo en Bruselas, se dice que a finales de 2015 el desempleo ascenderá al 22,3%. Es decir, que no sólo no se habrá creado ni un solo puesto neto en el conjunto de la legislatura del PP, sino que el paro habrá aumentado un poco más. La CE lo ve aún más negro al indicar que este año el desempleo ascenderá al 24,4% y en 2013, al 25,1%. Y todo ello con la reforma laboral plenamente vigente y con dos años ya de andadura. Datos como estos son los que permiten hablar de la “impotencia de la política” y justifican el vigor del movimiento de los indignados.

Preguntado el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoso, sobre el motor de su política económica, responde: “¡Déficit, déficit, déficit!”. Según la CE, tampoco se logran los objetivos en este terreno (5,3% del PIB este año y 3% en 2013). Las previsiones de Bruselas indican que, so pena de nuevos y brutales recortes, este ejercicio se llegará todo lo más al 6,4%, y el año que viene apenas se reducirá el desequilibrio de las cuentas públicas una décima, al 6,3%. La CE y el Eurogrupo han de tomar una decisión con extremada urgencia: si exige a España más sacrificios o si aplaza en el tiempo (no sólo un año) ese porcentaje cabalístico del 3% de déficit público.

Los recortes en el gasto, los ajustes macroeconómicos, la austeridad entendida como antítesis del crecimiento, generan en tiempo de recesión más recesión. Krugman habla del “momento Coyote Vil”, el personaje de dibujos animados que se despeña y queda suspendido en mitad del aire hasta que mira hacia el fondo del barranco; de acuerdo con las leyes de la física animada, sólo entonces cae hasta estrellarse. La CE avisa de que España está a punto de quedarse al margen de la recuperación que empieza a atisbarse en la zona euro, y que a finales de 2013 será el único país de la eurozona que seguirá decreciendo. Pese a los números del desempleo y a la anemia de la producción, ninguna de las medidas tomadas por el Gobierno español en estos cuatro últimos meses tiene que ver con el crecimiento económico. Hasta Mario Monti, alarmado por el crecimiento de la exclusión social en su país (con algún brote de violencia) ha anunciado un plan para invertir en el sur de Italia en acciones contra la pobreza, y a favor de ancianos, familias con niños y pequeñas empresas.

España será el único país europeo en recesión en 2013, incluidos Grecia y Portugal