El gasto en desempleo se acelera y desborda las previsiones del Gobierno
El Ejecutivo pagó 8.100 millones hasta marzo, un 2,7% más que en el primer trimestre de 2011 El presupuesto calcula una caída del 5% este año
Ha vuelto la recesión. La destrucción de empleo se ha recrudecido. El gasto en protección contra el paro aumenta. Y lo hace con fuerza. El Gobierno no ha valorado esta ecuación al elaborar los Presupuestos para este año —o, al menos, no en toda su magnitud— y puede encontrarse con que antes de que el Parlamento dé su visto bueno a las cuentas de 2012, el mercado laboral las haya convertido en cuentos. Hacienda calcula que el gasto en prestaciones por desempleo bajará casi un 5% respecto a 2011. En cambio, hasta marzo, esta partida ha consumido un 2,7% más de lo gastado en el mismo periodo del año anterior, según el Ministerio de Empleo.
Solo en el primer trimestre, la nómina total de prestaciones y subsidios por desempleo ascendió a 8.100 millones, 212 más que en 2011. El año pasado, los Servicios Públicos de Empleo Estatal, nombre oficial del antiguo Inem, gastaron 29.992 millones en proteger a los parados. A la vuelta del verano el deterioro del mercado laboral se intensificó, y pese a ello, Hacienda estimó al elaborar los presupuestos en 28.503 millones el dinero para esta partida.
Los dos peores años para las cuentas públicas españolas fueron 2009 y 2010. Eso se debió en gran medida a que hubo que desembolsar más de 30.000 millones —el doble que en 2007— para pagar el paro de quienes, víctimas de la crisis, habían perdido su empleo.
El ejercicio pasado esta partida menguó ligeramente. Y a esto se ha agarrado el Gobierno para tratar de cuadrar las cuentas y cumplir con las exigencias de Bruselas (o Berlín) de llegar a un déficit del 5,3% del PIB este año. “Responde a la disminución del gasto en desempleo que ya se inició en 2011 y es coherente con ella”, han justificado en la Secretaría de Estado de Presupuestos en alguna ocasión.
Cambio de tendencia
En apariencia, esta explicación es cierta, pero cuando se desciende al detalle comienza a hacer agua. La tendencia se invirtió justo hace un año. En abril de 2011, la caída del gasto respecto al mismo mes del año anterior fue del 10,9%. Después el porcentaje menguó paulatinamente hasta que en enero volvió a repuntar (0,52%), en febrero se aceleró al 3,4% y en marzo, último mes con datos, se ha acentuado la tendencia (4,1%).
El Gobierno también fía sus números a que los nuevos parados tienen menos derechos acumulados que quienes van a perder la prestación. Es decir, los que pierdan su empleo a partir de ahora cobrarán menos paro y durante menos tiempo.
Esta dinámica explica que en 2011 bajara el gasto respecto a 2010 (cuando se tocó techo con 32.200 millones) pese a que el número de parados no dejara de crecer año a año. Pero la vuelta de la recesión se está cobrando el empleo de trabajadores fijos. La última Encuesta de Población Activa cifraba en 138.400 empleos indefinidos. Y esto tiene una lectura muy negativa para las cuentas de los servicios públicos de empleo: los trabajadores fijos son los que tienen derecho a cobrar un paro más alto y durante más tiempo.
Prestaciones contributivas
Por si todo esto fuera poco, hay otro factor que ensombrece las cuentas del Ejecutivo: las solicitudes de altas en las prestaciones contributivas. Este es el mejor indicador adelantado de cómo va a evolucionar el gasto en protección por desempleo y en febrero y marzo creció por encima de los dos dígitos, un 18,1% y un 11,5%, respectivamente.
Este cúmulo de datos —amén de los más de 630.000 empleos que el Ministerio de Economía vaticina que se destruirán hasta diciembre— resta credibilidad a los presupuestos de 2012 en la parte que atañe al gasto en protección frente al desempleo. Más todavía si se tiene en cuenta que las cuentas para este año se elaboraron entre enero y marzo y el Ejecutivo ya conocía gran parte de los datos expuestos.
Cuando se habla de contabilidad nacional, los números de los Servicios Públicos de Empleo Estatal son una de las tres partes con la que se elaboran las cuentas de la Seguridad Social, junto con el Fogasa y el sistema de pensiones. El Gobierno ha pronosticado que la Seguridad Social acabará este año con un 0% de déficit. Difícil. Muy difícil a tenor de la evolución de la protección por desempleo y del sistema de pensiones —las previsiones del Gobierno son muy optimistas a tenor de lo visto hasta marzo—.
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