La vivienda cerró en 2011 otro año negro con una caída del 17% de las ventas
Las operaciones vuelven a descender tras la ligera recuperación del ejercicio anterior El retroceso afecta a los pisos nuevos y a los usados
La vivienda atravesó en 2011 otro año de crisis profunda con una caída de la compraventa de pisos del 17,7%. El descenso de los precios de los pisos no ha logrado impulsar un mercado que todavía intenta digerir el estallido de la burbuja inmobiliaria.
Paralizado por las restricciones del crédito y por el elevado desempleo, lo que se traduce en una evidente caída de la demanda, el sector volvió a vender menos el año pasado después de que en 2010 experimentara una ligera recuperación (las operaciones crecieron un 7%), según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Se trata del tercer ejercicio de la crisis económica en el que se reducen las compraventas, aunque no tanto como las caídas registradas en los peores años, 2008 y 2009, con descensos superiores al 25%.
Ni nuevas, ni usadas. La mala marcha del mercado afecta a todas las viviendas. Del total de 361.831 operaciones registradas el año pasado, la mayoría afectaron a la oferta de segunda mano (184.595 transacciones, un 15,7%). La venta de pisos a estrenar se redujo un 19,7%, hasta 177.236.
El impacto de la introducción de un IVA superreducido (4%) para la vivienda y la anunciada recuperación de las deducciones en el IRPF ha sido hasta ahora limitado. Las desgravaciones se aplicarán a todas las hipotecas firmadas ya en 2011, pero la medida fue anunciada a finales de año. El sector considera que una parte de la demanda está a la espera de que la reforma financiera que ha puesto en marcha el Ejecutivo se traduzca en más caídas de precios este año y el siguiente.
En el mes de diciembre, la compraventa de viviendas cae por debajo de la media de todo el año: un 24,5% respecto a idéntico mes de 2010. Y eso a pesar de que en los dos primeros meses de 2011 se superaron las 45.000 operaciones al incluirse las ventas que se cerraron a finales de 2010 impulsadas por el efecto llamada ante el fin de las deducciones fiscales a la compra en 2011.
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