El plan de ajuste provocó una recaída del PIB en el tercer trimestre, según los nuevos datos de Estadística

Lo que fue una pausa en la titubeante recuperación de la economía española es ahora, por arte de un puñado de centésimas, un ligero paso atrás. Según los últimos datos de la contabilidad nacional, difundidos el pasado viernes, el producto interior bruto (PIB) del tercer trimestre de 2010 retrocedió un 0,025% respecto al trimestre anterior. En su primera estimación, publicada en noviembre, el Instituto Nacional de Estadística (INE) había calculado un avance trimestral del 0,015%. Es una diferencia muy pequeña, atribuible a una caída del consumo de las administraciones públicas mayor de lo estimado. Pero es suficiente para cambiar el signo de la variación del PIB entre julio y septiembre.

Esta mínima corrección supone también que finalmente no se ha cumplido el vaticinio del Ministerio de Economía, que sostuvo durante todo el año que no habría ningún trimestre negativo en la evolución del PIB. El signo en la variación trimestral del PIB, negativo o positivo, marca la frontera estadística entre retroceso o crecimiento económico. Y también delimita la definición más extendida de recesión: dos o más trimestres consecutivos de variación negativa. Durante esta crisis, la economía española enlazó siete trimestres en recesión (desde el segundo de 2008 hasta el cuarto de 2009).

Los nuevos datos del INE suman ahora un octavo trimestre en negativo (el tercero de 2010), aunque se trata de una recaída puntual y muy limitada, no de una nueva recesión. El Gobierno, los organismos internacionales y los expertos ya anticipaban que la recuperación se interrumpiría en el verano de 2010 al coincidir la subida del IVA y el fin de las ayudas públicas a la venta de automóviles. La cercanía de esas medidas había impulsado a las familias consumidores a concentrar sus gastos en los meses precedentes para anticiparse a sus efectos (el gasto de los hogares había subido un 1,5% en el segundo trimestre). Y, por tanto, era esperable un retroceso significativo del consumo (se apuntó un -1%) en el tercer trimestre. La incógnita estaba en si el lastre del consumo pesaría lo suficiente como para devolver a la variación del PIB a los números rojos.

La estadística del INE dice ahora que sí, aunque no de forma tan nítida como predecía la Comisión Europea, que anticipó un -0,2%. A falta de nuevas revisiones, la variación estadística, tan cercana al 0%, sigue contando que la economía española se estancó en el tercer trimestre. El detalle de los datos revela que fue el gasto de las administraciones públicas el principal motivo de la revisión. Si en noviembre se estimaba que el recorte trimestral era del 0,38%, la revisión, hecha con más datos, duplica ese retroceso para dejarlo en el 0,75%. El peso del gasto público (casi una quinta parte del PIB) y la dimensión de ajuste contrarrestan otros pequeños ajustes, en este caso positivos, en consumo de los hogares, inversión y exportaciones.

El INE revisa de forma habitual el dato trimestral del PIB para incorporar datos que no estaban disponibles en la primera estimación. Las correcciones, en la mayoría de los casos, acaban en variaciones respecto al dato inicial. Así por ejemplo, en los 12 trimestres desde 2008, en tres casos hubo correcciones al alza y en cinco se revisó la variación trimestral a la baja. Lo más significativo ocurrió en el arranque de la crisis: la estimación inicial no fue capaz de calibrar que el PIB ya empezó a caer en el segundo trimestre de 2008, ni tampoco la intensidad de la recesión en trimestre siguiente (se pasó del -0,2% al -0,8%).