Telefónica abandona la oferta por Vivo
La oferta de la empresa española expiraba esta madrugada.- El consejo de administración del operador portugués PT no ha logrado llegar a un acuerdo
Telefónica da por extinguida su oferta para comprar el 50% de la holandesa Brasilcel, participada por la compañía española y por Portugal Telecom, propietaria del 60% de la brasileña Vivo. Telefónica ha comunicado ya este "hecho relevante" a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), según el secretario general y del Consejo de Administración de la compañía española, Ramiro Sánchez de Lerín. Según esta comunicación a la CNMV, Telefónica desiste de su oferta al no haberla aceptado el Consejo de Administración de Portugal Telecom, dentro del plazo fijado, que expiraba esta madrugada.
El consejo de Portugal Telecom se reunió ayer para analizar la oferta de Telefónica por su parte en Vivo, pero terminó sin tomar una decisión sobre la operación, alegando que el plazo era insuficiente para llegar a un acuerdo, según fuentes conocedoras de la reunión, en la que hubo división de opiniones entre los accionistas. La oferta de Telefónica ha expirado a la 1.00, hora española, y el presidente de la compañía, César Alierta, había insistido en que ese plazo debía cumplirse.
Telefónica ofrecía 7.150 millones de euros por el 50% que PT tiene en la holandesa Brasilcel, la sociedad que controla Vivo, compañía líder de la telefonía móvil en Brasil. A la espera de que el consejo de PT se pronunciara, las partes fueron reiterando sus posiciones. Así, Banco Espirito Santo (BES), accionista de PT, volvió a dar por muerta la alianza con Telefónica y se mostró a favor de la oferta. En cambio, el Gobierno portugués insistió en que mantiene su rechazo a la operación si no se modifican sustancialmente los términos. En el consejo se reprodujeron esas divisiones, pues en él está presente tanto BES como el Estado portugués a través de Caixa Geral.
Telefónica quería comprar Vivo para fusionarla con su operadora de telefonía fija, Telesp. La española empezó presentando una oferta de 5.700 millones el 6 de mayo, que el consejo de PT rechazó de plano. Luego aceptó elevarla a 6.500 millones a cambio de que PT sometiera la decisión a la junta. El consejo de PT cumplió su promesa de someter la oferta a la junta, pero sus gestores sorprendieron al combatirla agresivamente. PT, además, nombró una comisión de tres miembros para negociar con telefónica, pero la española no se dirigió a ellos. Lo que hizo fue ganarse el favor de los accionistas, sobre todo con una nueva mejora de la oferta, hasta 7.150 millones, presentada sólo 12 horas antes de la junta de PT que debía votar la operación.
En la junta, el 41% del capital apoyó la venta de la parte de PT en Vivo, lo que supuso el 73,9% de las acciones presentes en la junta que no se abstuvieron. Sin embargo, el Estado portugués usó su acción de oro para votar en contra de la operación y el presidente de la junta entendió que eso equivalía a un veto a la misma. El consejo de administración había dicho previamente que este no era un asunto que cayese bajo el paraguas de la acción de oro, y así lo sostienen también informes jurídicos solicitados por el consejo de administración de la lusa.
La acción de oro fue declarada ilegal por el Tribunal de la UE el 8 de julio, pero esa sentencia no tiene efectos retroactivos y el Gobierno de Lisboa no parece tener ninguna prisa por aplicarla. Por ello, la víspera de que se hiciera pública la sentencia del Tribunal de la UE, Telefónica tendió la mano a un diálogo con PT.
Las negociaciones han sido difíciles, pues el Gobierno portugués, que alabó que Telefónica adoptase una postura más dialogante, ha insistido una y otra vez en que no aceptaría un acuerdo que no supusiese variaciones sustanciales sobre la oferta de Telefónica que vetó en la junta. Por parte portuguesa, la aspiración era que PT mantuviera escala y dimensión con su presencia en Brasil (es decir, que no venda toda la participación en Vivo) y que participara en la gestión. Telefónica quería tener manos libres.
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