Drácula vende su Castillo
La fortaleza de Transilvania podría convertirse en un destino vacacional, según el dueño
Los herederos de Drácula se han rendido a la especulación inmobiliaria. El archiduque Dominic Habsburg, dueño del Castillo de Bran, o del vampiro más cinematográfico de la historia, ha contratado a la firma estadounidense de inversiones, Baytree Capital Associates, para vender la fortaleza y los terrenos de sus alrededores en la región transilvana de Rumania. El propietario no descarta que el lugar se convierta en un destino vacacional.
"Buscan vender rápidamente todo el proyecto, pero son exigentes sobre a quién venderlo," ha declarado el presidente de Baytree, Michael Gardner. "Si bien están dispuestos a que alguien construya un sitio de vacaciones que conserve el castillo (...) no están dispuestos a aceptar espadas con sangre. Esto no se convertirá en una tierra de vampiros," ha explicado. Según la firma encargada de la venta, lo más probable es que la propiedad acabe en manos de empresas privadas y fondos de inversiones de raíces hoteleras, probablemente europeas.
El principal cliente, por tanto, tendría un cariz comercial. Y es que el terreno en el que se encuentra el castillo y los edificios auxiliares no es ninguna parcela. Se trata de una extensión de más de 8 hectáreas, a unos 20 minutos del aeropuerto internacional que actualmente se construye en la zona y cerca de la zona de esquí de Brasov.
Aunque el portavoz de la firma estadounidense no ha querido decir en cuánto se vendería la propiedad, ha estimado que la cifra en euros alcanzará los nueve dígitos. El ejecutivo espera que la venta comience en unos 60 días.
El origen de la leyenda
La asociación del Castillo de Bran con el Castillo de Drácula se remota al autor irlandés Bram Stoker, que utilizó la fortaleza como inspiración y escenario para su novela de 1897, Drácula.
El castillo fue construido originalmente como una fortaleza en 1377 y fue entregado a la familia real rumana en 1920. El castillo se convirtió en una propiedad del Estado en 1947 y fue transformado en museo en 1957. Aunque el Gobierno de Rumania devolvió la propiedad a la familia Habsburg en el 2006, tienen un plazo de dos años para utilizar al castillo como museo, que recibe a casi 450.000 visitantes cada año, según Gardner.
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