La universidad se suma a la protesta

Decenas de trabajadores de las seis universidades públicas presenciales de Madrid (Complutense, Autónoma, Politécnica, Rey Juan Carlos, Carlos III y Alcalá) iniciaron ayer un encierro "indefinido" en los Rectorados para protestar contra los recortes de la Comunidad de Madrid. Unos 30.000 empleados universitarios, según la estimación oficial, están afectados por la enmienda de la Ley de Medidas Urgentes aprobada en diciembre, que supone ampliación de jornada y reducción del salario.

Los encerrados son delegados de CC OO, UGT y CSIF. Protestan porque la aplicación de las nuevas medidas "rompen los convenios y acuerdos en vigor, vulneran el derecho a la negociación colectiva". Temen, además, que pueda suponer pérdida de puestos de trabajo, aunque no han ofrecido estimaciones de cuántos peligrarían.

"La gente vendrá a trabajar enferma", alerta Carrillo, de la Complutense

Las universidades aplicarán el aumento de jornada de 35 a 37,5 horas, además de la reducción del salario por baja. El recorte por incapacidad temporal se aplicará a partir del cuarto día en el caso del personal laboral y a partir del cuarto mes para los funcionarios, según una portavoz de la Consejería de Presidencia y Justicia, que no precisó cuántos trabajadores hay en cada grupo.

Los sindicatos reprochan a los rectores que no hayan plantado batalla a la Comunidad de Madrid contra los recortes. La Cruma (Conferencia de Rectores de las Universidades de Madrid) responde en un comunicado que las universidades "ni han sido consultadas ni han participado" en la elaboración de las enmiendas, que consideran "de obligada aplicación". Ahora esperan "directrices más concretas" de la Comunidad de Madrid.

Los rectores consensuarán una fórmula de aplicación para los seis centros superiores "intentando causar el menor perjuicio posible para todos". Se comprometen a informar a los sindicatos de las novedades y a aplicar las normas "con el mayor consenso posible".

"Estas medidas invitan a la gente a venir a trabajar enferma", señaló ayer a EL PAÍS el rector de la Complutense, José Carrillo. "No tenemos más remedio que aplicarlas aunque sabemos que recortan los derechos de los trabajadores y nos dejan a los pies de los caballos". El rector rechaza que los recortes supongan un ahorro significativo para las universidades, que se aprietan el cinturón desde 2008 con sucesivas bajadas en los presupuestos. "Hubiera sido mejor aplicar fórmulas para mejorar la productividad en lugar de subir dos horas porque sí". Carrillo se comprometió ayer a que el aumento de jornada "no se traduzca en despidos" en su centro.