Desayuno en la playa
¿Quién no querría experimentar dos vidas? Es uno de los privilegios que aguardan a los nombres cuando dejan de ser personas para convertirse en marcas. Algunas, no todas, pueden entonces escapar de la singularidad de un único individuo y conocer nuevos caracteres. Givenchy se asociará siempre a Audrey Hepburn, pero desde hace siete años se ha forjado otra identidad. Ajena a su creador -Hubert, que tiene 85 años- y vinculada a la del director creativo de la firma desde hace siete años, el italiano Riccardo Tisci. Esta es tan real como aquella, pero absolutamente diferente.
Desde que Tisci tomara las riendas, Givenchy se ha reinventado, de forma que es posible afirmar que su colección pre-fall, presentada hace unos días, "explora la identidad de la casa" sin que eso obligue a pensar en Hubert o en Hepburn. Por el contrario, son las obsesiones del diseñador de 37 años las que asoman a esa llamada: un romanticismo oscuro que transita entre géneros y cuestiona las convenciones. Muestra de la fortaleza de Tisci es su capacidad para conciliar públicos y sensibilidades. Sirve igual para que los reyes del hip-hop suban al escenario con camisetas de animales (Kanye West y Jay Z) como para que las actrices acudan a los Oscar con etéreos vestidos (véase Cate Blanchett).
Muestra de la fortaleza de Riccardo Tisci es su capacidad para conciliar públicos y sensibilidades
Tisci defendió pronto su propio vocabulario. Uno que ahora es elogiado, pero que fue inicialmente cuestionado. Las sirenas de sus primeras colecciones de alta costura se recuperaron para la primavera-verano 2012 y son el hilo conductor de la campaña publicitaria. Gisele Bündchen volvió a la pasarela para la presentación de la colección y es la protagonista de la fábula. "La atmósfera acuática es la expresión de una historia de amor entre un surfista y una sirena", explica Tisci. "Por eso, elegí un exterior para la sesión: una playa, desde el amanecer hasta el atardecer".
Los fotógrafos Mert Alas y Marcus Pigott pasan largas temporadas y disparan muchos de sus trabajos en Ibiza, pero esta vez recalaron en una playa de Barcelona. Es la primera vez que Givenchy utiliza España como localización. "En el desfile quise incorporar luz y un aire de elegancia lánguida", argumenta el diseñador. "Para la campaña desarrollé un cuento en el que los sueños se transforman en realidad. Transmite una imagen sin refinar para expresar una belleza natural".
Sus sinuosas siluetas recortadas sobre el paisaje playero dibujan una estampa geográfica, estética y temporalmente muy alejada de aquel traje con el que Hepburn se detenía ante la joyería Tiffany & Co de Nueva York. ¿Y quién no querría gozar de esa capacidad para transformarse sin llegar al punto de deshacerse?
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.