Atasco catastral en el castillo
El desbarajuste en las escrituras y documentos del expropietario de Pambre impide a la Xunta y a los religiosos que heredaron cerrar la compraventa
"Don Manuel Taboada era muy desordenado", explican desde su refugio para vagabundos los Hermanos Misioneros de los Enfermos de Vigo. "Era un señor muy dejado, que no registraba las propiedades en el catastro y llevaba la contabilidad de cualquier manera. A veces hacía las anotaciones en servilletas de bar". El caos en las escrituras de las fincas que entran en los dominios del castillo de Pambre ha venido que ni pintado al cierre de un año crítico para las cuentas de la Xunta. Existe, según explica el administrador de la congregación religiosa, un "compromiso escrito" desde hace un año entre la Consellería de Cultura y los Hermanos Misioneros, a los que el dueño de la joya medieval nombró herederos al morir. Y este acuerdo, en el que se fijaba el precio del inmueble y sus vastas tierras en cinco millones de euros, y el pazo de pago en 15 años, no llegó a transformarse en contrato de compraventa durante el año 2011, como estaba acordado, impidiendo a los religiosos tapar sus múltiples agujeros.
El plan de protección depende ahora de la disponibilidad presupuestaria
Los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres tienen deudas, actualmente, por valor de "doscientos y pico mil euros", reconoce el director de la casa viguesa, José Donaire. Esperaban que este año que acaba la Consellería de Cultura les abonase el primer pago de los acordados, "una anualidad de 350.000", especifica el contable de la orden que da techo y comida a 250 indigentes, pero no ha sido así.
Según un portavoz de Cultura, "los técnicos están avanzando en la elaboración del expediente de compraventa". El "deseo" es formalizar la operación "lo antes posible", pero "la tramitación registral y notarial de las parcelas, que son muchas, está resultando difícil". Esta misma persona asegura que la consellería quiere "abreviar" los plazos, pero que "hasta septiembre" no tuvo en su poder la documentación. "El objetivo es el de que lo antes posible", aunque no se concreta en qué mes del año que entra será, tendrá lugar la firma de la transacción entre congregación y consellería. Al mismo tiempo, Cultura "está redactando y casi finalizando proyectos de uso" para el recinto amurallado, y "planes de protección, consolidación de la estructura y limpieza del castillo", claro que esto se hará realidad en mayor o menor medida "en función de la disponibilidad presupuestaria". Mientras tanto, "la colaboración con el Ayuntamiento de Palas [que ya antes de que la Xunta y los religiosos llegasen al compromiso escrito tomó la iniciativa, limpió el castillo y lo abrió al público] está funcionando" y el consistorio "podría entrar" en la futura gestión.
"Nosotros hemos presentado la documentación, hemos cumplido", defiende el administrador de los Hermanos Misioneros, "y el contrato tenía que haberse materializado en 2011, cuando se solventasen los problemas burocráticos derivados del desorden de Manuel Taboada", sigue. "Nosotros seguimos confiando en la Xunta, y en que en enero o febrero volverán las negociaciones", dice. Pero el hombre que lleva las cuentas de la residencia que gobierna José Donaire entiende que hay otra causa para el parón: "Facenda dio orden de paralizar todos los trámites de pago, cualquier tipo de concierto", de no abonar ninguna factura más antes del año que viene.
La crisis está en todas partes y, cuanto más arrecia, más aprietan las compañías que monopolizan los servicios básicos. Que la Xunta no había pagado a los religiosos trascendió en las dos últimas semanas, después de que los misioneros recibiesen una factura bimensual del agua de 8.000 euros. Era la primera vez, en los 40 años de la congregación en Vigo, que la empresa de suministro exigía el pago a la casa de caridad. Y esto venía a agravar la deuda de la institución benéfica, que cada mes, según Donaire, gasta 60.000 euros por 40.000 que ingresa. El agujero crece a golpe de 20.000 cada 30 días. La polémica surgida obligó a Aqualia, la concesionaria del servicio, a dar marcha atrás. El jueves pasado, según Donaire, el alcalde lo telefoneó y le dijo que "había resuelto" el tema. "La gente se les echaba encima", describe el religioso para explicar el gesto.
400 sábanas al día
Los "enfermos pobres" que aportan el apellido a la congregación son hombres (sobre todo) y mujeres sin recursos, enfermos de sida, alcohólicos, personas con dolencias mentales que comen en la residencia de acogida y que pueden dormir solo unos días porque tienen que dejar el hueco a otros. La disparatada factura del agua cobra sentido cuando José Donaire cuenta que allí se lavan 400 sábanas al día. El director de los Hermanos Misioneros asegura que el agua, al menos hasta este mes, era el único suministro que no pagaban. Aparte de eso, obtienen dádivas de particulares y un par de subvenciones anuales por su labor social. La mayor, aunque menguante año tras año, de la Xunta (120.000 euros), y la otra (22.000) del Ayuntamiento de Vigo. De las fábricas de congelados y de diversas empresas viguesas reciben alimentos. "Las mayores ayudas nos vienen en forma de víveres", asegura Donaire.
El último propietario de la única fortaleza feudal que resistió los ataques irmandiños se murió creyendo que Pambre valía 10 millones de euros, según la tasación realizada por César Portela unos años antes. Durante las primeras negociaciones con los herederos, la Xunta tasó el castillo en poco más de un millón. Ahora aún está por ver que este año se formalice el trato por la mitad del precio inicial.
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