Recuperar la tierra
Colombia es compleja, empezando por su geografía. Más del 40% de su territorio son selvas húmedas tropicales muy poco pobladas. En los Andes, los Llanos y las llanuras cercanas al mar se asienta casi toda la población. Pero más del 40% de los predios rurales no tienen títulos formales de propiedad.
Cuanto más se aleja uno de las grandes ciudades, menos se siente latir el corazón del Estado. Hay territorios de frontera donde el leviatán (bueno o malo que sea) no llega. Los campesinos y colonos han cultivado baldíos desde tiempos inmemoriales, pero allí llegan a disputar sus posesiones todos los poderes informales: las guerrillas, los gamonales, los narcos, los paramilitares. Todos los despojan y desplazan. Aducen títulos de propiedad más antiguos, o, simplemente, armas más potentes. En esas tierras en disputa surgen líderes combativos y valientes. Muchas son mujeres cuyos maridos han sido asesinados. Carmen Palencia, viuda y desplazada, es una de ellas. Ya le han hecho varios atentados, estuvo tres meses en coma, pero sigue luchando por las tierras de los despojados.
Héctor Abad Faciolince es escritor.
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